La Copa del Mundo de Suecia 1958 será recordada siempre por ser el primer título de la selección de Brasil de la mano de un joven Pelé, que llegó al país escandinavo con tan sólo 17 años siendo suplente del equipo que dirigía el Gordo Feola.
El certamen corrió peligro a partir de la falta de infraestructura del país organizador, que a esa altura tenía el fútbol como un deporte amateur. Incluso hubo un intento de sumar a Noruega como anfitrión y también se llegó a pensar de trasladar la cita a Chile.
La previa estuvo marcada por situaciones complicadas. Italia y Uruguay, hasta ese momento con dos títulos cada una, quedaron afuera en la fase previa. El elenco europeo fue eliminado por Irlanda del Norte, y los charrúas cayeron sorpresivamente ante Paraguay. Y al igual que en el evento anterior realizado en Suiza, un accidente aéreo empañó la máxima cita futbolística: el 6 de febrero de 1958 el avión que transportaba a los jugadores del Manchester United chocó en Múnich, falleciendo diversos integrantes del seleccionado inglés.
Participaron 16 selecciones, divididas en cuatro grupos. Por segunda vez el Mundial fue trasmitido por televisión en directo, pero a diferencia de Suiza 54, esta vez llegó a más de 70 países.
Argentina llegó a la cita mundialista con un equipo con jugadores de renombre, entre los que se destacaban Amadeo Carrizo, Omar Labruna, Pedro Dellacha, Orestes Corbata, Eliseo Mouriño y José Sanfilippo. Los Carasucias habían ganado el Sudamericano 1957 y llegaban a Suecia con ilusión, pero Maschio, Angelillo y Sívori pasaron a Italia y sus clubes no los cedieron para el Mundial. “No importa, nos sobran jugadores”, dijo Raúl Colombo, titular de AFA.
La preparación previa del equipo de Guillermo Stábile fue pobre, apenas un par de amistosos, y el viaje a Suecia en avión clase turista demandó dos días y al lesionarse Zárate, se citó de urgencia a Labruna, que con 39 años estaba de vacaciones y con 7 kilos demás. Sin conocer mucho a sus rivales europeos, Alemania, Irlanda y Checoslovaquia, el seleccionado nacional sufrió la peor humillación mundialista al quedar eliminado en fase de grupos tras perder por 6 a 1 ante los checos.
Distinto fue el caso de Brasil. El equipo verdeamarillo se preparó en una gira europea y llegó en busca de su primer título. Y tuvo algo de suerte, ya que tras ganar en el debut ante Austria, empató con Inglaterra sin goles y el DT Feola mandó a la cancha a dos pibes: Pelé y Garrincha.
Y ambos se lucieron a partir de cuartos de final. Triunfo 1-0 ante Gales con tanto de Pelé; goleada a Francia 5-2 en semis con tres del astro carioca; que además se despachó con dos goles en la victoria por el título 5-2 ante Suecia.
El Mundial también marcó la primera vez que un arquero usó guantes, y fue nada menos que Lev Yashin, la “Araña Negra”, apodo que se ganó por su destreza en el arco y su ropa oscura. Y Just Fontaine, delantero francés, estableció una marca de 13 goles en un solo torneo Mundial, que hasta ahora no pudo ser superada.
El DT campeón: Vicente Feola (Brasil)
Un técnico de bajo perfil que asumió junto a un psicólogo y un preparador físico. Su virtud más importante fue aceptar una propuesta de los referentes para que jugaran Pelé y Garrincha, este último apartado por el psicólogo y el PF por sus deficiencias físicas y escasa preparación mental. En 1961 dirigió a Boca.
La figura: Pelé (Brasil)
El pibe de 17 años apareció como la figura en un equipo lleno de estrellas como Didí, Djalma Santos, Garrincha, Dida y Zagallo. Anotó 6 goles, 5 de ellos en los partidos decisivos. Y al ser un Mundial televisado, su imagen se hizo aún más grande.
El goleador: Just Fontaine (Francia)
Nació en Marruecos, pero representó a Francia a partir de 44 goles en Niza y 121 en Stade Reims. Es el máximo artillero de una Copa al anotar 13 tantos seis partidos. Se retiró a los 28 años a partir de una lesión que le impidió seguir jugando.
La Perla Negra: Amadeo Carrizo (Argentina)
Fue la cabeza visible junto a Omar Labruna del gran fracaso argentino en 1958. La goleada 6-1 ante Checoslovaquia lo expuso ante los hinchas, que en un número cercano a diez mil fueron a Ezeiza a recibir al plantel con insultos y agresiones.
Curiosidades
En Suecia 58 ocurrió algo inédito para la historia de nuestra Selección: Argentina jugó un partido con la camiseta de un club. Se venía el debut con Alemania y la televisión, que ya pisaba fuerte y ese Mundial trasmitió para 70 países, resaltó que ambas camisetas se veían iguales en pantalla. Como alguien debía cambiar, se hizo un sorteo. Argentina perdió y salió al campo con la camiseta amarilla del Malmö FC. No trajo suerte: Alemania ganó 3-1.