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Aportes de la universidad pública a las próximas elecciones

La UNR y el gobierno de Santa Fe trabajan en conjunto desde 2016 para lograr la incorporación de tecnología en el sistema de escrutinio provisorio. Se aplicará en las PASO y elecciones generales de la Provincia en las ciudades de Rosario, Santa Fe y Santo Tomé

Dante Zanarini es licenciado en Ciencias de la Computación y es el responsable por la universidad en un convenio que realizó el gobierno de Santa Fe, a través de la Secretaría de Tecnologías para la Gestión, y la Universidad Nacional de Rosario en la búsqueda de una solución informática para la generación de documentos electorales y su posterior transmisión al centro de cómputos para el escrutinio provisorio. El equipo de la UNR está conformado por ocho docentes, egresados y estudiantes de la carrera Ciencias de la Computación que trabajan desde 2016 en estos temas. Zanarini explica a El Ciudadano cuál es el aporte de la universidad pública al proceso electoral santafesino.

El primer contacto que tuvo el grupo con la gestión provincial fue a principios de 2016, cuando el socialismo presentó en la Legislatura un proyecto de voto electrónico. Zanarini cuenta que en la universidad sostienen una postura decididamente en contra de la incorporación de tecnologías al momento de emitir el voto y por eso pidieron reunirse. Desde la gestión señalaron algunos inconvenientes que habían tenido en los comicios de 2015 donde la diferencia de votos entre los candidatos a gobernador fue muy ajustada. Más adelante, los terminaron convocando para firmar un convenio de asistencia técnica que se aplicó ya en las elecciones de 2017. Aparte de la UNR fueron convocadas personas de la fundación Vía Libre y de la Cámara Electoral. Este año firmaron un nuevo convenio para las PASO y las elecciones generales provinciales.

El equipo de la UNR entendió que los problemas planteados tenían que ver con otras instancias del proceso electoral y no con el sistema de boleta única: se trataba de la confección de actas y telegramas y la forma en que esa información llega al centro de cómputos -que en Santa Fe se hace vía fax. En este sentido, cambiar el sistema de votación no era necesario, sostiene Zanarini, porque no es ahí donde se presentaron las dificultades.

El desarrollo de una solución para los procesos electorales es responsabilidad exclusiva del gobierno provincial porque así lo establece la ley. Lo que la Provincia solicita a la universidad, en este caso, es asistencia técnica para las cuestiones vinculadas a la parte informática del sistema electoral: «Se trata de todo lo que tiene que ver con la seguridad de estos sistemas. Brindar alguna solución que garantice la confianza de cada uno de los pasos: que se pueda detectar si el software tiene un problema, si está adulterado o si se cambió».

Uno de los problemas se localiza al momento de la generación de los documentos: cuando el presidente de mesa tiene que llevar lo que se escribe en el pizarrón al acta y los certificados. Hoy esta tarea se hace de forma manual escribiendo dos veces la información en las dos copias del acta, una vez en el telegrama y una vez por cada fiscal para darle los certificados. En las elecciones de 2015 trajo algunos errores: mesas que no se pudieron cargar por documentos con números ilegibles, casillas en blanco donde no quedaba claro si indicaba cero o no, entre otros.

Para eso se pensó en la entrega de un dispositivo electrónico a cada presidente de mesa. Una vez que se hayan acordado los resultados y ya estén escritos en el pizarrón, el presidente de mesa puede cargar esos números en una tablet que les será entregada donde hay una aplicación específica para hacerlo. El software es de la Provincia pero el equipo de la UNR hace las tareas de resguardo: se ocupa de que la tablet solo pueda abrir esta aplicación y que el sistema operativo no le permita a la aplicación hacer cosas que no debe como guardar información, transmitir por otra vía, activar Bluetooth, entre otras. En 2017 ya se hizo la prueba en Roldán y Rincón. Este año, este tramo se realizará únicamente en Santo Tomé.

La tablet se conecta a una impresora y la documentación se imprime: esto garantiza que no haya números donde no tiene que haberlos y todos serán legibles. Al mismo tiempo en vez de hacer los papeles de forma manual se imprimen la cantidad de copias que sean necesarias. «Securizamos el dispositivo y la aplicación que son de la Provincia. Brindamos el entorno donde ellos tengan ciertas garantías de seguridad de que esa aplicación no pueda hacer otra cosa», explica Zanarini.

La segunda parte del problema es el envío de la información al centro de cómputos que actualmente se hace por fax. La solución que pensó la Provincia es a través del escaneo y transmisión por internet a través de un teléfono celular. «La aplicación diseñada por la Provincia le permite al que transmite -en general el director de escuela, el jefe local- ver en tiempo real como está cada una de las mesas de su escuela. Escanea el telegrama sacándole fotos con la cámara, con la aplicación que va contando cuántas hojas pusiste. Como tiene un QR con su número, el celular puede saber si te faltan hojas, si la información se lee o no y eso lo transmite al centro de cómputos donde se carga la información como siempre. Esto resolvería el tema de la transmisión». Aparte, este código QR está un formato abierto o sea que cualquiera lo puede leer.

Nuevamente, en esta instancia el dispositivo está securizado por el equipo de Computación de la universidad. «Sólo puede conectarse a una determinada red wi fi y a una antena de datos. Modificamos el android del teléfono para que no pueda hacer otra cosa». Este tramo del proyecto se va a aplicar e Santo Tomé pero también en Rosario y Santa Fe.

«El presidente de mesa es el que usa la tablet y el jefe de local -el director de escuela- el celular. El que hacía la transmisión por fax ahora lo hace por celular y el que escribía todos los documentos  ahora usa la tablet», sintetiza Zanarini y cuenta que estuvo presente en las capacitaciones donde van a usar este sistema y vio que en general la aceptación es muy buena.

«¿Cómo nos aseguramos que lo que está instalado ahí sea ese sistema? Presenciamos el momento en que instalaron el software, sacamos todos los códigos de seguridad, los respaldos que se hicieron de la instalación y pudimos comprobar que el sistema es ese», cuenta el licenciado y agrega que los mismos ya están siendo distribuidos en sobres cerrados a cada local electoral.

«Ayudamos con la seguridad informática: ¿cómo sabemos que un documento es auténtico, que lo generó una tablet de las validas y no otra? ¿cómo sabemos que cuando llegan los telegramas vino de un celular de los habilitados y no otro?», de esto se ocupa el equipo de trabajo de la UNR.

Zanarini cuenta que ya hicieron dos informes sobre las aplicaciones que realizó la Provincia. Los cambios que se realicen o no son responsabilidad de la gestión, sin embargo Zanarini aclara que hasta ahora han incorporado todo lo que sugirieron en los informes

Para él este proyecto es superador del sistema que hay, aporta a la transparencia e introduce tecnología de manera criteriosa sin poner en riesgo las garantías fundamentales en una elección: el secreto del voto y la integridad del resultado. También, dice, permite una mejor fiscalización y una mayor superficie de cobertura del escrutinio provisorio. «La valoración económica es otro tema. En principio todo este hardware es reutilizable, el destino de las tablets y las impresoras es las mismas escuelas. No se tira ni se guarda dos años en una caja sino que aporta a la educación pública. Así que no veo un derroche».

Asimismo plantea que una ventaja que le parece relevante es que los fiscales pueden informar rápidamente a sus partidos el resultado de la mesa: «Ellos hacen un conteo y hacen anuncios o no acorde a lo que les da. Si están de acuerdo con el certificado que están mirando, en lugar de volver a cargar los números pueden escanear el QR y los números viajarían», plantea. También le parece importante que los papeles estén impresos y se vuelvan a digitalizar, por ende hay un control manual..

Informática y ley Sáenz Peña

Zanarini hace hincapié en que el trabajo de la UNR tiene que ver con la transmisión y la publicación pero no con las instancias de autenticación del votante (como pasa en algunos lugares), emisión del voto ni conteo del resultado. «Estoy mucho más tranquilo cuando lo cuentan los humanos bajo fiscalización humana. Una vez que el dato está en el pizarrón ya es contrastable, entonces es más sencillo poner tecnología».

Desde la universidad sostienen una postura contra la introducción del voto electrónico: «Si se meten computadoras antes de contar los votos puede ser un problema porque el conteo puede no salir como uno esperaría. Antes de las 6 de la tarde poner una computadora sería inconstitucional porque la gente no puede notar que su voto es secreto porque para eso necesitaría entender cómo funciona esa computadora, estar seguro de que esa computadora no tiene una memoria donde puede guardar el contenido del voto», explica.

Más allá de que en la actualidad no hay ningún sistema que haya probado la efectividad de una tecnología para la emisión de un voto, si existiera no sería evidente para el ciudadano: «Su voto no tiene que ser solamente secreto sino evidentemente secreto y ese es un problema que las computadoras nunca van a poder resolver porque uno nunca va a saber qué hacen las computadoras por detrás. Un papel y una birome hacen el voto evidentemente secreto, si se protege. Es una diferencia que nunca se va a poder saldar».

La no garantía del voto secreto sería un retroceso en términos democráticos ya que el mismo fue garantizado en 1912 mediante la ley Sáenz Peña. Éste fue uno de los argumentos que esgrimió él y sus compañeros en el Congreso nacional cuando se intentó discutir una ley de voto electrónico que finalmente perdió estado parlamentario.

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