La aplicación de reparto Pedidos Ya, que opera en Rosario, deberá acudir este miércoles a las 11 al Ministerio de Trabajo de la provincia para una audiencia pedida por la Asociación de Empleados de Comercio en reclamo de la inmediata reincorporación de 6 trabajadores despedidos. “Fueron apartados de sus puestos laborales sin ninguna causa que lo justifique”, sostuvo el secretario Gremial del sindicato mercantil, Juan Gómez, quien dijo además sospechar que las cesantías no apuntan a achicar la planta de personal –como ocurre en otras empresas el sector comercial y en muchos otros sectores– sino a desmejorar condiciones laborales, precarizándolas.
Pedidos Ya es la primera de las empresas-app de reparto que se instaló a nivel local. Precedió a Rappi y a la más reciente, Glovo, y a diferencia de estas tiene una responsabilidad legal con los trabajadores: sus cerca de dos centenares de repartidores están en relación de dependencia y encuadrados en el convenio de empleados de comercio y servicios.
Por ello el gremio mercantil –a la par de otro más reciente que agrupa a los trabajadores de app y plataformas en línea– viene intimando a Glovo y Rappi a encuadrarse en la ley de Contrato de Trabajo.
Con Pedidos Ya lo logró en cuanto al personal, pero no todavía sobre condiciones laborales: el gremio exige a la empresa de reparto un lugar físico para que las y los trabajadores puedan descansar entre pedidos, higienizarse e ir al baño, condiciones lógicas con las que deben contar. “Están en una plaza, en la vía pública. Y no hay a la vista ninguna autoridad de la empresa, todo es por dispositivo móvil, falta trato humano, nuestros compañeros paran a ser una cosa, un número”, describió el secretario Gremial mercantil.
También reclama –en septiembre pasado cursó una nota al Concejo Municipal y en octubre al Palacio de los Leones– que la empresa tenga un domicilio legal en Rosario, donde presta servicios, ya que sólo posee dirección en Buenos Aires. “Pedimos que verifiquen si estas empresas tienen habilitación para trabajar. A cualquiera que quiere poner un quiosco se le exige un baño y condiciones para el personal”, marcó el dirigente gremial.
Pero la urgencia ahora –aclaró Gómez– son los despidos. A los trabajadores cesanteados se los echó por un mensaje de Whatsapp: “No tiene sustento ni valor legal. Es un proceder discriminatorio. Las comunicaciones a los trabajadores se cursan a través de telegramas y cartas documento. Además les achacan situaciones incomprobables”, concluyó.