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Aprenden, trabajan y generan sus ingresos en Barrio Triángulo, Villa Banana y La Boca

La experiencia de los talleres del programa en la escuela Marcelino Champagnat muestra una manera ingeniosa en la que jóvenes aprenden un oficio y generan alternativas para una salida laboral.

Yanina Tomañez es la coordinadora de los talleres del programa Santa Fe Más que se dictan en la escuela «Marcelino Champagnat», en Rueda al 4500. Aunque en la escuela, en el barrio y en la familia, la conocen como Yeni.

La escuela comenzó en unos viejos galpones del ferrocarril con salita de preescolar y primer grado. Ahora cuenta con nivel inicial, primaria y secundaria, en el corazón de Villa Banana, uno de los barrios incluidos en el plan de urbanización del gobierno provincial. También tiene sala de informática, comedor y salones equipados con herramientas y máquinas. La calidad de las instalaciones refleja el compromiso de quienes están al frente del proyecto institucional de la escuela.

Para la coordinadora de los talleres de herrería, panadería y carpintería que se dictan en el lugar, el programa permite contar con espacios «muy valiosos para abordar las diferentes problemáticas y tener un momento de encuentro, de diálogo, de dispersión o juego entre ellos».

«También solemos abordar diferentes problemáticas de los jóvenes como la drogodependencia, la violencia de género, los derechos humanos, la higiene o la seguridad», expresa Yeni, y agrega que «dentro de los talleres damos un acompañamiento más personal, más de acercarnos cuando necesitan o les pasa algo».

 

Experiencia de trabajo

Rocío González es una de las integrantes del taller de carpintería. Con 23 años, cuenta que se enteró de esta posibilidad por una vecina que ya había participado y se lo recomendó. «Ella estaba muy contenta por todo lo que aprendía y por eso me animé. Cuando arranqué no sabía nada de carpintería, aunque estaba muy entusiasmada por empezar algo que nunca había hecho. Con el tiempo aprendí a manejar las herramientas y a fabricar cosas. Además, ya conocía a mis compañeros de antes, y eso ayudó también», explica.

Encontrarse dentro de un ámbito de trabajo significó para Rocío adquirir una dinámica de organización nueva. «En la carpintería todos tenemos el mismo deber, no nos dividimos los trabajos. Vamos cambiando y aprendiendo a hacer todo todos. Formamos un gran equipo», dice, y reconoce que ser parte del Santa Fe Más le sirvió para «crecer como persona, aprender un oficio nuevo y conocer gente», pero también como una alternativa de ingresos: «Vendemos lo que fabricamos en el taller y eso me da la posibilidad de tener un ingreso extra, que me da ganas de seguir aprendiendo y tener nuevas metas», cuenta.

 

Lograr los objetivos

Walter Chamorro y Léin Rsiam son dos jóvenes de 21 años que participan del taller de herrería y de panadería, respectivamente. Ambos coinciden en que se formaron grupos de mucho compañerismo, que les permitió participar de un proyecto colectivo en el que pueden aprender y trabajar para ganar «independencia económica para tener cosas que antes no teníamos».

«Llegué al taller porque escuché a varias personas hablar de él, sabía dónde venía y de qué se trataba. Vine con expectativas de aprender y, gracias a los profesores y a mis compañeros, lo cumplí», cuenta Walter, e indica que en el taller fabrican de todo: «parrillas y parrilleros, partes de autos o lo que quieras y se pueda hacer».

«Me gustaría seguir aplicando lo aprendido desde mi casa o tener un emprendimiento y hacer muebles, parrillas y cosas de herrería», completa Walter.

Por su parte, Léin describe que se enteró del taller por su pareja. Tenía la expectativa de aprender un oficio y lograr una salida laboral. Cuando complete el recorrido por el Santa Fe Más, su objetivo es tener un local propio para vender los productos, porque sabe que están elaborados con «aprecio, delicadeza y siempre pensando en que al cliente le guste». Es por eso que lo que más destaca son las opiniones que reciben de quienes les compran.

«Cuando empecé a aprender y me empezaron a salir bien las cosas, la verdad que me sentí muy bien conmigo mismo, ya que estaba logrando mucho. Al tiempo de empezar el taller logré vender algunos productos. Y ahora siempre que necesito un ingreso más, me ayudan mucho la experiencia y los conocimientos que aprendí», detalla.

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