Newell’s está iluminado. Aunque no se trata de un equipo inspirado, certero e implacable. Las luces son otras. Se trata de alarmas que se encendieron en el Parque que ya no pueden pasar inadvertidas. Y si De Felippe no toma nota a tiempo, mañana puede ser tarde.
La derrota con Colón parece distante, pero dejó secuelas. Mostró al equipo en retroceso futbolístico, e incluso el propio entrenador no escatimó críticas. Y con el Clásico con fecha confirmada, se aceleran las exigencias. Para todos, en especial para el técnico.
Las sospechas sobre la continuidad de De Felippe ya no son teorías tribuneras o charlas de bares. El técnico entró en zona de riesgo. Y si bien es difícil imaginar un cambio antes de un Clásico tan cercano, un traspié ante Tigre puede poner a De Felippe en la sala de condenados. Y dejará a la dirigencia con poco margen de maniobra.
El DT lo entiende. Tiene calle, tiene recorrido, sabe de las crueldades del fútbol. Estuvo en una trinchera peleando por su vida y por su patria, nada debería asustarlo. Pero esa valentía no siempre la trasmite a sus jugadores. Y si el mensaje no llega, la ejecución es factible que sea errónea.
A De Felippe no le gusta cambiar tanto. Lo siente como una situación de inestabilidad. Pero a veces es necesario zarandear un poco. Mover las estructuras. Porque el equipo se muestra arrumbado, y para lograr algo de brillo hay que cambiar piezas. No es mala idea.
Se terminaron los privilegios, o al menos no todos tienen inmunidad. Afuera Piris, que sobrevivía dentro del equipo por su currículum. Afuera Sills, para darle una nueva chance a Braian Rivero, un jugador que promete mucho y cumple poco. Adentro Mauro Formica, tenerlo en el banco ya era ofensivo, aunque en esta seguidilla antes del Clásico el cuerpo técnico deberá escanearlo para no forzar el físico más de lo permitido.
Adentro Leal, porque sin él Newell’s se torna inofensivo. Hay algo de cierto en las teorías tribuneras que desde que la Lepra le compró el pase no es el mismo. Aunque las lesiones son un buen argumento de defensa del portugués. Y como De Felippe sigue sin confiar en Oviedo, Leal pasa a ser indiscutible.
Las alarmas suenan fuerte. Y a los bajos rendimientos, a la endeblez psicológica que el entrenador ve en el equipo, hay que sumarle una “apretada” de los hinchas. Situación que nunca suma, desestabiliza más. Preocupa. Enoja. Y obliga a ganarle a Tigre, aunque eso pareciera justificar a los violentos. Y tal vez eso confunda.
Newell’s necesita ganar. De Felippe se resiste a hacer la valija. Si bien en estos tiempos no estuvo en un lujoso “All Inclusive”, y tuvo más tormentas que días soleados en el Parque, no quiere irse. Sabe que puede pasarla mejor. Y hoy es un buen día para empezar a demostrarlo.
Sin Figueroa ni Sills
El plantel rojinegro quedó concentrado tras la práctica realizada en Bella Vista y la novedad más importante de la lista de citados por Omar De Felippe es la ausencia de Víctor Figueroa y Juan Ignacio Sills. El DT convocó a 18 futbolistas y además de los supuestos titulares, estarán en el banco Nicolás Temperini, Stefano Callegari, Iván Piris, Jerónimo Cacciabue, Joaquín Torres, Alfio Oviedo y Lisandro Cabrera.
Reserva con Zé Turbo
La reserva leprosa es escolta del líder San Lorenzo y será preliminar del partido de primera a partir de las 17 en el Coloso. El equipo de Héctor Bidoglio irá con Barlasina, Diego González, Alan Luque, Juan Pablo Freytes y Leonel Ferroni; Nicolás Castro, Juan Manuel Requena y Enzo Cabrera; Julián Marcioni, Alexis Rodríguez y José Correia. Una vez más será titular Zé Turbo, quien anotó en el triunfo ante Colón, y además estará en el banco de suplentes Gastón del Castillo, el hermano del Kun Agüero que será relevo por primera vez.