No hay más lugar. El Concejo Municipal aprobó ayer por mayoría, y con modificaciones y proyectos vinculados, el “reordenamiento del área central” de la ciudad, entre cuyas principales disposiciones se enmarca una ordenanza que dispone la prohibición total de estacionamiento en los tramos que atraviesan el casco histórico de distintas calles. La medida se elaboró con el esperado fin de agilizar el flujo vehicular y facilitar el servicio del transporte urbano en ascenso y descenso de pasajeros y en velocidad, aunque algunos ediles opositores plantearon sus reparos por el impacto para los vecinos y por la carga extra que recibirán las cocheras y playas de estacionamiento de la zona, entre otras razones.
Aunque no hay fecha cierta para la entrada en vigencia de la medida –en el Ejecutivo, desde donde partió la iniciativa, se baraja agosto– sí se sabe que la restricción afectará a unas 80 cuadras en total y será de lunes a viernes de 7 a 21, exceptuando sábado y domingo y días feriados. Durante ese lapso estará prohibido dejar vehículos en zonas donde hasta ahora regía el estacionamiento medido, extendiendo además zonas donde ya operaba la prohibición. El mapa es el siguiente:
Tucumán desde bulevar Oroño a Sarmiento.
Urquiza desde Mitre a Corrientes.
Sarmiento desde Tucumán a 3 de Febrero.
Mitre desde 3 de Febrero a Urquiza.
Entre Ríos desde Tucumán a avenida Pellegrini.
Presidente Roca desde 3 de Febrero a San Luis.
Paraguay desde Tucumán a San Juan.
Buenos Aires desde 3 de Febrero a Córdoba.
Rioja desde Buenos Aires bulevar. Oroño.
Mendoza desde bulevar Oroño a Buenos Aires.
No está definido, en este marco, cuándo comenzarán las obras y cuáles se realizarán para acompañar la disposición, como por ejemplo la colocación de cartelería, el borrado de boxes con pintura en relieve o la pintura en amarillo de los cordones en las cuadras involucradas. Por caso, la ordenanza torna inútiles varios emplazamientos de parquímetros, que podrían hacer falta en las calles no involucradas en la medida, como los tramos céntricos de San Juan, 3 de Febrero o San Luis.
Además, una de las modificaciones que se incorporaron durante el tratamiento de la ordenanza establece la creación de estacionamientos disuasorios en una versión superior, esto es “centros de transferencia vehicular”, donde quienes pretendan llegar al centro en su vehículo particular puedan dejarlo y seguir viaje con un servicio diferencial de transporte. Según la idea del justicialista Diego Giuliano, el servicio se debería brindar cada 15 minutos hacia y desde puntos límites del área central con uno o más puntos del microcentro. Y para los centros de transferencia también se menciona el “transporte no motorizado”, dando a entender que en ellos también debería funcionar el sistema público de préstamo de bicicletas, que por ahora sigue en gateras.
La vereda de la duda
La iniciativa tuvo 17 votos a favor y 6 en contra. Para el oficialismo, que la impulsó, y el sector de la oposición que la acompañó, la restricción para estacionar operará agilizando el flujo en tramos céntricos de calles que, por sus angostas dimensiones, están sobrepasadas tanto por unidades del transporte público mucho mayores que las que operaban hasta la década del 80, como de un parque que en las últimas tres décadas pasó de 135 mil a medio millón de vehículos particulares. Según marcaron distintos ediles, la ordenanza restará unas 600, 800 o 900 plazas de estacionamiento –las cifras variaban según el expositor– en el sector de avenida Pellegrini, bulevar Oroño y el río.
Para el titular del bloque Socialista, Manuel Sciutto, se trata de menos del 10 por ciento de las 6.300 plazas existentes hoy, porción que cae al 3 por ciento contando los boxes en cocheras y playas privadas de la zona. Como ejemplo, marcó que actualmente está en construcción un edificio de cocheras con unas 500 plazas, que sobrepasaría con creces la nueva demanda creada en los alrededores. Se refería, sin nombrarlo, al emplazamiento donde funcionaba la planta de Upar (Usina Pasteurizadora Argentina de Rosario), en 3 de Febrero al 1700.
Sin embargo, los concejales que se opusieron marcaron que la restricción generará un presunto perjuicio a los comercios del casco histórico de la ciudad. Según razonó el edil radical Sebastián Chale, la imposibilidad de estacionar en ciertas cuadras y la sobrecarga de otras acabaría generando que muchos de quienes suelen realizar compras en el centro optarán más por los shopping para evitarse dolores de cabeza. Similar argumento, pero con el acento puesto en las fuentes de trabajo, esgrimió el peronista Carlos Cossia. Más duro, para el kirchnerista Roberto Sukerman, la medida, “lejos de favorecer al centro, lo está matando”.
Y todos, incluso varios de los que apoyaron la normativa, pusieron la lupa sobre el impacto en las cocheras privadas y la posibilidad de que aumenten sus precios. Según la radical María Eugenia Schmuck, en el último lustro las plazas –que a diferencia del estacionamiento medido no tienen regulación y por tanto no son tarifa sino valores fijados por el “mercado”– subieron un 358 por ciento, superando cualquier variable económica.
De hecho, el concejal Héctor Cavallero, del Partido del Progreso Social, intervino para manifestar su “repudio personal” a los precios de las cocheras. Y algunos de sus pares volvieron a mencionar distintas iniciativas que por ahora están en carpeta, y que van desde una regulación –la de menos consenso– hasta la fijación por algún mecanismo de “precios de referencia” en el estacionamiento por hora, ya mencionado tiempo atrás, cuando se dispuso el fraccionamiento cada 15 minutos de los valores, a partir de la primera media hora.
Con todo, la normativa se entronca con otra, también aprobada por mayoría, que intenta impulsar la ampliación de boxes en las cocheras y playas de estacionamiento de la zona céntrica, con el objetivo de que las que funcionen tengan mayor capacidad que la actual.
Cocheras y playas de estacionamiento más grandes
El Concejo aprobó el llamado plan de “Readecuación de espacio para guarda vehicular en el Área Central” para el área central delimitada por avenida Pellegrini, bulevar Oroño y el río. La iniciativa discrimina, con exigencias específicas, cocheras y playas de estacionamiento. Para estas últimas, se establece la prohibición de nuevas habilitaciones.
La ordenanza sancionada ayer, que modifica una anterior de 1990, indica que en la zona entre avenidas toda nueva cochera sólo será habilitada si puede albergar a por lo menos 50 vehículos. A las ya existentes, la norma las obliga a presentar un programa de obras para incrementar su capacidad hasta las 40 plazas, en caso de que actualmente tengan un menor número.
Para el caso de las playas de estacionamiento, no habrá nuevos permisos. Las que ya están funcionando, deberán adecuarse conforme a su ubicación. Las que se encuentren en la denominada “zona calma” delimitada por las calles Corrientes, Maipú, San Luis y San Lorenzo tendrán que presentar un plan de obras para alcanzar las 150 plazas si es que hoy su capacidad es menor. En el resto del área central que regula la ordenanza, la exigencia es llegar a los 40 boxes. Las obras de readecuación –hay excepciones contempladas para aquellas instalaciones que no puedan modificarse– deberán, en todos los casos, estar concluidas el 30 de noviembre de 2018.