Según las reglas que regirán la votación, una de las opciones tendrá que lograr una mayoría de dos tercios de los votos escrutados. Sin esa mayoría, una nueva asamblea general se convocará dentro tres meses para decidir entre los dos proyectos que hayan logrado más votos el domingo.
En la última votación, la opción ganadora tendrá que imponerse por mayoría absoluta. El domingo, los 195 representantes la FFT votarán de forma secreta, según un escrutinio similar al que se emplea en la designación de las ciudades olímpicas.
Hasta que un proyecto no obtenga los dos tercios de los escrutinios, el que resulte menos elegido será eliminado, y se procederá posteriormente a otras rondas de votación.
Que el torneo se mantenga en París o cambie de ubicación en la periferia de la capital gala constituye la decisión más importante de la historia de la FFT y ésta ha de tomarse en un momento en el que el contrato que fija dónde se viene disputando el certamen llega a su fin en 2015.
Roland-Garros, con sus 8,5 hectáreas, presenta la menor superficie de los cuatro torneos del Grand Slam.
El viernes, el comité de dirección de la FFT se pronunció a favor de un proyecto en París por 30 votos a favor de un total de 43. Si la asamblea del domingo sigue esa recomendación, la permanencia en París sería la opción elegida desde la primera ronda de las votaciones.