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Aprobaron la ley para el financiamiento de los partidos políticos

Con el apoyo de diputados del massismo y de Argentina Federal, el gobierno nacional aprobó el aporte económico de empresas en las campañas de los partidos políticos. “Es para tapar los aportantes truchos de 2017”, dijeron desde el Frente para la Victoria

En sesión especial, y con ayuda de los bloques de la oposición “dialoguista”, Cambiemos logró este miércoles convertir en ley el proyecto de financiamiento de los partidos políticos, para legalizar los aportes de empresas privadas a las campañas.

Con 147 votos positivos y 69 negativos, el oficialismo logró su objetivo de contar con la reforma electoral para que esté vigente en el proceso de este año.

El miembro informante del oficialismo, el diputado Pablo Tonelli (PRO), se encargó de defender la iniciativa que, en sus palabras, “restablece el financiamiento mixto de los partidos” en campañas, “evita la informalidad”, al prohibir las donaciones anónimas, y le devuelve a “los ciudadanos el derecho a contribuir en el desenvolvimiento ordinario” de las agrupaciones políticas.

El presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales de Diputados salió al cruce de las críticas sobre una supuesta “privatización de la política”, como sostuvieron el FpV y la izquierda, y dijo que ese tipo de argumentos “esconden una hipocresía”, porque en los hechos las empresas siempre “terminan contribuyendo a las campañas”.

“Sólo que en lugar de hacerlo en nombre de las empresas de las que se trate, lo hace en nombre de 10 o 15 gerentes o funcionarios de las empresas, y nos parece mucho más transparente que sepamos qué empresa contribuye y no que sean personas cuyos nombres no sabemos a qué corresponde”, evaluó.

La norma aprobada con los votos de Cambiemos, del Frente Renovador y de Argentina Federal, reforma la ley electoral y habilita las contribuciones de los privados con un tope por empresa del 2% del total permitido por la Justicia para esa campaña.

Como se anunciaba, el bloque de la Coalición Cívica liderado por Elisa Carrió apoyó en general, pero votó en contra del artículo 4 que legaliza las contribuciones de personas jurídicas.

El radical Diego Mestre, titular de la comisión de Justicia, subrayó que la iniciativa consolida la “trazabilidad” de los aportes electorales, que supone un seguimiento estricto transparente de “quién aporta, cómo aporta, hacia dónde va y cómo se usan esos fondos”.

La diputada del Frente para la Victoria María Emilia Soria cuestionó el proyecto al plantear que “es ajeno a la función social de las personas jurídicas financiar a partidos políticos, en tanto que su finalidad es el lucro y como tal de aportar al financiamiento de la vida política es lógico que pretenden una contraprestación a cambio”.

A su vez, indicó que se trata de una iniciativa “hecha a medida de Cambiemos”, para “solucionar sus problemas legales”, como el que salió a la luz con la polémica por supuestos “aportantes truchos” en la campaña 2017.

Por su parte, la jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, salió a respaldar el proyecto que en el Senado salió con el apoyo de la bancada justicialista, y dijo que no ve “el escándalo que se planteó de parte de algunos discursos”.

La diputada massista ponderó “la trazabilidad” que garantizaría el nuevo marco legal, y justificó su punto de vista: “Si alguna empresa eléctrica financia la campaña de Cambiemos, yo lo quiero saber, porque allí se explicarían los tarifazos y demás”.

“Aportan más al oficialismo”

En contra del proyecto, el titular del interbloque Red por Argentina, Felipe Solá, consideró que la prohibición de las contribuciones de compañías “debe ser absoluta”, y opinó que “el financiamiento de la política debe estar absolutamente en manos del Estado”.

En la misma sintonía, el jefe de la bancada FpV, Agustín Rossi, cargó contra el financiamiento privado y reivindicó al Estado como “el gran distribuidor, en éste como en tantos otros temas”.

“Las empresas aportan más a los oficialismos, a los partidos con más posibilidades electorales y aquellos partidos que tienen líneas argumentales pro-empresa. Eso produce un desequilibrio. El financiamiento estatal, en cambio, genera una mayor equidad, porque no hace una diferencia entre partidos pro-obreros y los partidos que defienden a las empresas”, agregó.

Menos publicidad

La reforma aprobada este miércoles también disminuye del 10% al 5% el espacio que los medios audiovisuales deben ceder a los partidos en período de campaña, una medida que se concibió para descongestionar el caudal publicitario que en elecciones anteriores saturaba a las audiencias.

Este punto genera especial discordia en la izquierda, con menos espalda para comprar espacios de publicidad de medios tradicionales.

La diputada del Frente de Izquierda Mónica Schlotthauer (Izquierda Socialista) repudió el proyecto al sostener que pese a que se viste de “transparencia, huele peor que el Riachuelo”, porque “va a blanquear el financiamiento corrupto que antes se hacían a escondidas”.

Aportantes truchos

El escándalo por los aportes truchos de dinero para la campaña electoral de Cambiemos para las legislativas de 2017 en la provincia de Buenos Aires dejó en evidencia el entramado de corrupción perpetrado por el PRO, en la provincia que conduce María Eugenia Vidal.

Con el paso del tiempo, el caso de los aportantes falsos fue teniendo diversas derivaciones: distintos medios periodísticos de la provincia de Buenos Aires también empezaron a encontrar inconsistencias en el financiamiento de la campaña presidencial de 2015 –por la cual Mauricio Macri llegó a su actual cargo–, donde aparecen funcionarios, concejales y ex candidatos que afirman no haber puesto plata, a pesar de que figuran como si lo hubieran hecho.

Además en los listados incluían a personas humildes que reciben planes sociales. Una investigación de la ONG La Alameda descubrió la utilización de nombres de empleados de empresas privadas y otros dependientes del gobierno porteño para el aporte en la campaña de Macri.

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