«O sea, digamos, una promo». La empresa Philco aprovechó las dificultades expresivas del presidente Javier Milei y las metáforas con las que el Gobierno nacional ejecuta las medidas de recortes en todas las áreas públicas y en los salarios por reducción de partidas o congelamientos que lava la inflación, para una campaña de márketing que, incluso exponiendo el desalentador panorama sobre el que ironiza, luce muy creativa.
Los carteles, en redes sociales y en las calles de la ciudad de Buenos Aires, aluden a la motosierra y la licuadora que sufren áreas sensibles de la administración pública como las dedicadas a atender las necesidades sociales, las otrora prometedoras empresas tecnológicas del Estado, las universidades públicas y el Conicet, además de los ingresos de los trabajadores.
Las reacciones en internet son variadas: desde los que festejan el ingenio del publicista hasta quienes se enojan por un márketing que usufructúa el sufrimiento de las mayorías.
La duda es si, en el escenario que indirectamente describe la promoción, habrá ventas. Que la compañía consiguió impacto, es seguro. Hasta el propio presidente Javier Milei, en su compulsión por los clicks, reprodujo en Instagram la promoción.