Que ingresen como mínimo 4.000 millones de dólares y mejoren las reservas del Banco Central. Bajar la presión de la demanda sobre el dólar blue. Absorber pesos del mercado y bajar inflación. Tener dólares para inversión directa en el mercado inmobiliario y energético (no sólo para YPF). Mejorar, en 2014, la recaudación impositiva. Y, políticamente, cambiar el clima negativo sobre la economía argentina. Si los tiempos legislativos se cumplen como quiere el gobierno, a mediados de junio ya se abrirá el blanqueo.
Estas son las metas que el gobierno busca lograr con el lanzamiento del nuevo plan de blanqueo de capitales, con el valor agregado de redirigir los dólares que ingresen al sistema a dos sectores que la economía real considera clave para reactivar: el inmobiliario y la construcción; y el energético.
Para esto habrá dos bonos con destino específico: el Certificado de Depósitos del Sector Inmobiliario (Cedin) y el Bono Argentino para el Desarrollo (Bade). Con el primero se buscará un nuevo instrumento de pago emitido en dólares. Con el segundo, una emisión indirecta de deuda para financiar la expansión de YPF y de otras inversiones energéticas estratégicas.
El plan es, hasta ahora, la gran apuesta del gobierno hacia las elecciones de octubre; al menos para desviar la atención diaria sobre el blue y volver a hablar de economía real con un mercado cambiario marginal más dominado. Para esto, y por orden presidencial, los cinco integrantes del equipo económico a pleno fueron los encargados de hablar en público todos juntos.
Así, el ministro de Economía Hernán Lorenzino; la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el de Política Económica, Axel Kicillof, y el titular de la Afip, Ricardo Echegaray, en un prolijo minué, defendieron la decisión de Cristina de Kirchner, como si a todos les cerrara el plan.
Los fines económicos y políticos de la medida lanzada anteayer son los siguientes:
n Blanqueo. Según los números del propio gobierno, el universo de dólares fugados por argentinos durante años al exterior es casi inabarcable. Los datos oficiales hablan de 120.000 millones de dólares fuera del país, y de 40.000 millones “guardados” en territorio argentino. La meta básica que se marcó el equipo económico es que se consigan unos 4.000 millones de piso; el mismo monto que la Afip consiguió en el blanqueo de 2009.
n Bajar la presión sobre el blue y absorber pesos del mercado. Es una de las claves del lanzamiento del nuevo blanqueo. La intención es que parte de los dólares que se fugaron desde comienzos de 2012 hasta esta misma semana, vuelvan, lo que provoque una mejora en la oferta de divisas.
Pero además, especialmente a partir de la emisión de los Cedin, se habilitará un mercado secundario con la cotización de estos certificados nominados en dólares. Como teóricamente tendrán un rendimiento en ese mercado superior y de más accesibilidad (de hecho será un mercado legal), se confía en que absorban parte de los pesos que hoy se van al blue, y se tratará de crear un instrumento en dólares que posibilite concentrar la atención diaria de su cotización, desviando la atención sobre el dólar marginal.
Además se espera que haya una absorción de pesos que busquen invertir en estos dólares en lugar del blue.
-Mercado inmobiliario. El gobierno absorbió la crisis del mercado inmobiliario a partir de la suba del dólar blue. Con la emisión de los Cedin se intentará reactivar las operaciones al garantizar la existencia de dólares para las compras de viviendas.
Como servirá además para la construcción, refacción y para las operaciones de unidades usadas, se espera que reactive todo el sector. Se reconoce en el gobierno que podría provocar subas en los precios de las unidades, especialmente en la Capital Federal, pero se lo considera un mal secundario frente a lo que se espera sea una reactivación de un mercado hoy en severa crisis de confianza.
-Mercado energético. Para el Ejecutivo es una meta clave: cada dólar que se obtenga por la compra de los Bade, servirá en parte para reducir el déficit de hasta 15.000 millones de dólares que se necesitará este año para importar combustibles, para ayudar al financiamiento que necesita la reestatizada YPF para continuar con su inversión exploratoria y para la posibilidad de invertir en los mercados de electricidad y gas.
-Recaudación. La Afip perdonará todos los impuestos impagos por la fuga de este dinero a blanquear, incluyendo Ganancias, Ganancias Mínima Presunta, IVA, Bienes Personales y el impuesto al cheque. Los contribuyentes además recién tendrán que declarar el dinero ingresado en un año, cuando para esta época de 2014 tendrán que presentar sus declaraciones juradas de Ganancias y Bienes Personales.
Será en ese momento cuando la recaudación podría mejorar al subir la cantidad de activos declarados, sobre todo inmobiliarios, por el ingreso de los dólares en el exterior. Pero en lo que confía el gobierno es en que la llegada de estas divisas mejore la actividad.