Este miércoles se sumó un nuevo escenario en la batalla contra el Covid19 en Rosario. Los médicos Roberto Villavicencio y Rodrigo Sánchez Almeyra, titulares de la Asociación de Clínicas de la ciudad, enviaron una carta al ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, transmitiendo la preocupación por el faltante de algunos remedios y la suba de precios de los mismos. “Los prestadores nos hacen llegar su grave inquietud, con relación a las dificultades para la adquisición de medicamentos con indicación para pacientes Covid 19 de UTI, derivados de la ausencia de stock, en algunos casos y a raíz del desmesurado costo, por las remarcaciones de precios constante, de todos los mismos”, plantea la misiva.
En la nota, los popes de la salud privada rosarina citan una expresión de esos prestadores, a la que mencionan como “dramática pero por demás elocuente”: “Los pacientes que padezcan enfermedad Covid 19, de curso grave, no se van a morir por falta de camas críticas UTI, ni por falta de respiradores, ni por falta de recursos humanos lo harán por inaccesibilidad del costo de la medicación para poder tratarlos”
La nota tiene tres carillas y en la última se publica un gráfico comparativo de los precios mayoristas que se piden por algunos medicamentos usados en UTI, cuya suba en los últimos meses fue tan exponencial como el aumento de casos en el sur santafesino. “Ruego al señor ministro tenga a bien tomar el tema en sus manos con carácter de prioritario e impostergable para evitar consecuencias”, señalan Villavicencio y Sánchez Almeyra.
Testimonio directo
Una fuente vinculada al sector compras de un efector privado, confirmó con El Ciudadano lo señalado por la nota: “Es cierto lo que plantea ese cuadro y esas drogas. El Midazolam, que es un sedante, está en falta. Y se empezó a usar el Propofol, pero también empezó a faltar. Respecto al Rocuronio, el mes pasado cada ampolla valía minorista 280 pesos y hoy sale 500. Subió casi el doble en cuatro semanas. Hay algunos analgésicos que se pueden reemplazar, pero cuando se acaba uno el mercado van todos a buscar ese reemplazo, con lo cual suben el precio porque hay mucha demanda”.
La misma fuente agregó: “Esto ya pasó con el alcohol en gel cuando empezó la pandemia. En aquel momento los barbijos quirúrgicos pasaron de costar $1,84 + IVA a tener un precio de 70 pesos. Eso para el funcionamiento de un sanatorio es fundamental, no sólo en este contexto. Ahora es peor, por el nivel de saturación que hay en las internaciones y que los insumos que están faltando no son elementos de prevención, sino directamente para atención de pacientes UTI. Una ampolla de Midalozam, que no salía nunca más de 60 pesos, hoy te la quieren cobrar 400, cuando la conseguís. Empieza a haber una especulación de los laboratorios, también de no soltar las partidas o de hacerlo por un valor mucho más alto. Y hay drogas que no podés reemplazarlas y te desespera, porque se usan sí o sí, más cuando tenés las camas todas ocupadas”.