El arzobispo de la ciudad de Santa Fe y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, quien acompañó al papa Francisco en su visita a Brasil, afirmó que las palabras expresadas por el sumo pontífice en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro representan «un desafío para los obispos».
Arancedo resaltó que «fue desbordante la cantidad de personas que fue a ver al papa» y añadió que «fue conmovedora la movilización de la juventud de todo el mundo y la alegría del papa».
«La Iglesia Católica a partir de la llegada de Francisco está en el camino de la conversión y el cambio. La Iglesia tiene que salir al mundo exterior a dar el mensaje de Jesucristo; no puede estar abroquelada», puntualizó en declaraciones a la prensa.
Asimismo, señaló: «Se percibe que la gente se siente tocada por sus palabras. Su sencillez y su testimonio interpela a los cristianos. Yo creo que era lo que el mundo estaba esperando. Y ni hablar que sus palabras son un desafío para los obispos».
«Francisco le pide a todos que no sean conformistas, que no se dejen robar la esperanza. Les pide que no sean clientes de la sociedad. Que luchen por la justicia, la solidaridad, el amor», recordó finalmente el arzobispo de la ciudad de Santa Fe.