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Argentina busca compromiso de la región por Malvinas

Por: Gabriel Profiti

Presidentes

“Queremos elevar el nivel del compromiso regional”, aseguró esta semana el embajador argentino ante Naciones Unidas, Jorge Argüello, en relación al apoyo que los vecinos dan al reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas.

En efecto, la necesidad de que los países vecinos pasen del dicho al hecho forma parte del goteo que la Argentina sostiene internacionalmente para lograr que el Reino Unido se avenga a negociar en la histórica disputa.

Anualmente, Naciones Unidas emite resoluciones que instan a ambos países a reanudar las negociaciones para resolver el pleito, pero el Reino Unido se niega sistemáticamente afirmado en el poder de veto que ejerce en el Consejo de Seguridad de la ONU desde su creación al término de la Segunda Guerra Mundial.

La crisis bilateral se agravó este año con el inicio de las exploraciones petroleras británicas en el Atlántico Sur.

Por tal motivo, el gobierno argentino estableció que todas aquellas embarcaciones que navegan hacia y desde la Argentina a las Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur deben requerir una autorización previa de Buenos Aires.

El objetivo consiste en encarecer y obstaculizar el comercio de las islas y especialmente las tareas de las cuatro empresas británicas que aceleraron sus trabajos este año para extraer recursos no renovables del archipiélago.

Pero para que esa decisión que ya ha dado algunos frutos  –hace poco dejó de operar una nave que suministraba combustible y pertrechos desde la ciudad chilena de Punta Arenas– sea más eficaz se necesita un mayor compromiso regional.

Ese respaldo suele expresarse en todas las instancias declarativas como en la última cumbre del Mercosur realizada en San Juan, donde los países miembros y estados asociados ratificaron su compromiso “a no facilitar las actividades de naves que tengan por fin apoyar de manera directa las actividades en hidrocarburos que afecten los derechos de la República Argentina en su plataforma continental”.

En esa misma cumbre, por primera vez Brasil suscribió un comunicado que menciona no sólo a las Malvinas, sino que incluye dentro de la soberanía argentina las islas Georgias y Sandwich del Sur como también la plataforma continental.

Sucede que la existencia de una potencia extranjera que explota los recursos off shore en la zona más austral del continente también preocupa a los países del litoral oceánico que poseen petróleo y gas en sus territorios marítimos.

En ese marco, el canciller Héctor Timerman agradeció la semana pasada a los gobiernos de Uruguay, Brasil y Chile su buena predisposición a brindar información y a no ofrecer sus puertos e instalaciones a buques y empresas relacionadas con estas actividades. Lo hizo durante un encuentro en Buenos Aires con diplomáticos que integran el llamado Grupo Latinoamericano y el Caribe (Grulac) acreditados ante nuestro país.

“Pero tal vez sea posible lograr más que un gesto”, sostuvo Argüello en diálogo con la prensa y al ser repreguntado habló  de “un apoyo de todos los puertos de la región”. Otra fuente diplomática fue más clara sobre el planteo al ser consultada por Noticias Argentinas: “Lo que suele pasar es que esas declaraciones de las cumbres después no se cumplen ya sea porque los puertos son privados, porque el barco tiene bandera de un tercer país o por cualquier otra razón y resulta que los barcos que operan en Malvinas se reabastecen igual en los puertos vecinos. Cada uno cuida su negocio y eso genera roces”. Los británicos también inscribieron en esta falta de compromiso concreto el mayor logro argentino del año en relación con Malvinas: que las naciones del Caribe de herencia colonial británica y algunas siendo parte de la Commonwealth se hayan sumado a la protesta argentina contra Londres durante la Cumbre del Grupo Río ralizada en Cancún a principios de año.

“No es un compromiso real”, relativizó una fuente británica, aunque luego El Caribe ratificó su posición en el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas desarrollado en junio.

Amenaza ambiental

Además de alertar sobre el saqueo, las operaciones hidrocarburíferas dieron paso a un nuevo argumento argentino contra la presencia del Reino Unido allí: la amenaza ambiental.

Luego del desastre ocasionado por la empresa British Petroleum (BP) en el Golfo de México, tras la explosión y hundimiento de una plataforma de exploración, la Argentina alertó sobre los riesgos de derrames de crudo en el Mar Argentino.

Ése será uno de los ejes del discurso que Cristina Kirchner dará el 24 de septiembre próximo ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Buscará ser didáctica y frontal como es habitual y les hablará a sus pares haciendo menciones directas.

Si bien allí sólo tendrá palabras de agradecimiento hacia los vecinos de América latina y el Caribe por su apoyo a la causa argentina, por lo bajo la diplomacia comenzó a moverse para que ese respaldo se traduzca en hechos.

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