Silvia Kochen, médica e investigadora del Conicet a cargo del primer estudio en un hospital público sobre los efectos del cannabis en adolescentes y adultos con epilepsia refractaria, aseguró que la “Argentina tiene todos los recursos técnicos y humanos para investigar y producir el aceite”.
“En nuestro país tenemos todos los recursos técnicos y profesionales para poder plantar, producir, comercializar e investigar el cannabis”, sostuvo Kochen, investigadora principal del Conicet y profesora adjunta de neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“También contamos con recursos para controlar una posible producción de autocultivo que pudiera hacer una familia. Es decir, tenemos todas las posibilidades, por eso necesitamos que haya una decisión política de mejorar la implementación de la ley”, agregó la catedrática.
Kochen estará a cargo del ensayo clínico para evaluar la efectividad, seguridad y tolerabilidad del cannabis en pacientes adolescentes y adultos con epilepsia refractaria en el Hospital El Cruce de la ciudad Florencio Varela, cuya aprobación a través de la resolución 156/2019 fue publicada esta semana en el <Boletín Oficial<.
“Es el segundo estudio que la Secretaría de Salud aprueba, el primero fue para niños en un hospital de referencia como es el Garrahan. Aunque tardío, porque se podría haber hecho hace mucho, estos estudios son fundamentales para generar evidencia nacional y desde el Estado”, subrayó Kochen.
El estudio aprobado contempla “pacientes de 18 a 60 años, con epilepsias refractarias bajo criterios de inclusión y exclusión estrictamente definidos” elegidos en una primera etapa en los servicios especializados de los hospitales El Cruce, Ramos Mejía y Rossi.
“A estas 40 personas se sumarán en otra etapa unos 20 pacientes que serán derivados de otros centros de referencia de la ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Salta y Tucumán”, describió.
Y continuó: “A estos pacientes se les suministra el aceite de cannabis, al igual que quienes participan del ensayo del Garrahan. Son los únicos casos en los que el Estado entrega el aceite”.
La especialista, que es además directora de la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencia y Sistemas Complejos (Enys, Conicet-HEC-Unaj) y de los Centros de Epilepsia del Ramos Mejía y de El Cruce, investigó anteriormente los efectos del aceite de cannabis y acompañó la lucha por una ley regularice el uso.
El 29 de marzo de 2017, y como consecuencia esa movilización de la sociedad civil y de organizaciones como Mamá Cultiva o Cameda (Cannabis Medicinal Argentina), el Congreso nacional aprobó la ley 27.350 llamada de Investigación médica y científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados.
Sin embargo, la resolución 1.537-E/2017 restringió el acceso al Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales, creado por la ley, sólo a quienes “padezcan epilepsia refractaria”, aunque sí aclara, que “podrá incorporar otras patologías, basado en la mejor evidencia científica”.
“La interpretación de la ley dejó afuera el autocultivo, y actualmente los pacientes que quieren acceder legalmente al aceite tienen que hacerlo con una autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)”, describió Kochen.
Y en esa línea advirtió: “La cobertura dependerá de la suerte que tengan con su obra social o prepaga. En muchos casos hay que recurrir a la Justicia a través de un amparo y lo que se consigue es por reintegro, lo cual hace que el acceso sea difícil por el precio del dólar”.