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Argentina no pudo resolver el sólido cerrojo uruguayo y cayó merecidamente 2-0 en La Bombonera

Ronald Araujo y Darwin Núñez hicieron la diferencia para el equipo del Loco Bielsa, el gran ganador de la noche. La Selección estuvo muy lejos de su mejor versión y sufrió un duro traspié justo en la antesala de la visita a Brasil, el próximo martes en el Maracaná

Y un día volvió a perder. Tarde o temprano le iba a tocar. Argentina jugó un flojo partido en La Bombonera y cayó merecidamente 2-0 ante la Uruguay de Marcelo Bielsa, el gran ganador de la noche con un planteo tan vertical como combativo. Y si bien continúa en la cima de las Eliminatorias, se trata de una derrota dolorosa en la previa de otro duelo durísimo, nada menos que ante Brasil en el Maracaná.

Sin invicto y sin ideas. La Selección fue una sombra del equipo que desde hacía rato venía enamorando a propios y extraños. Messi, quien jugó los 90 minutos y metió un tiro libre en el travesaño, se sacaba un rival de encima pero enseguida aparecía otro uruguayo para rascar y meter.

Así fue todo el partido, para el 10 y para La Scaloneta en general, incómodo de principio a fin frente a una Celeste voraz y súper veloz, las dos armas que con tanto éxito supo utilizar Argentina en el excelente proceso de los últimos años.

No era la noche. De Messi, de Julián, de Enzo ni de nadie. Molina, siempre una garantía en el fondo, perdió una pelota infantil cerca del área y la cosa terminó en el 1-0 de Ronaldo Araujo que fusiló al Dibu, quien ya se había salvado un rato antes con un mano a mano de Darwin Núñez.

Justamente el delantero del Liverpool, compañero de Mac Allister (flojo partido, ni salió a jugar el segundo tiempo), le puso cifras definitivas al encuentro tras una contra letal de los uruguayos, que a esa altura ya defendían todo en su campo. ¿Fútbol ofensivo? Ni ahí, pero sí muy vertical y sacrificado.

Scaloni buscó torcer el rumbo con los ingresos de Lautaro, Di María y Palacios, pero de nada sirvió. Argentina nunca supo cómo destrabar el cerrojo charrúa y se quedó con las manos vacías en La Bombonera justo en la antesala de otro examen complicadísimo frente al Scratch en el Maracaná.

Tampoco es el fin del mundo. “Que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados”, dijo Messi tras el 1-2 con Arabia Saudita en el debut del Mundial de Qatar. Y vaya que no lo hicieron.

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