El presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, rechazó «una devaluación como la que quieren volver a forzar los sectores concentrados» porque «sería acompañada por un aumento de precios», y subrayó que «gran parte de las causas de la inflación tienen que ver con la capacidad de manejar los márgenes de ganancias de los grupos dominantes».
Además, Vanoli aseguró que si el año próximo «se flexibiliza el pedido de los buitres», el Gobierno puede encarar una nueva negociación junto al resto de los holdouts para encontrar «una solución integral» al tema de la deuda.
«Si a futuro se flexibiliza el pedido de los buitres, alineado al resto de los acreedores en búsqueda de una solución integral, puede haber una respuesta. Hay una decisión política tomada por Argentina, y es no aflojar en esta estrategia que estamos siguiendo. No vamos a cometer el error de provocar una crisis cediendo en la posición que está sosteniendo el país en todos los foros internacionales», remarcó Vanoli.
El jefe de la autoridad monetaria dejó abierta la posibilidad de encarar una nueva negociación con los acreedores pero negó haber deslizado ante representantes de la banca extranjera en Washington que la Argentina llegará a un acuerdo en enero próximo, una vez que quede sin efecto la cláusula RUFO.
«Respecto de la cláusula RUFO y su vigencia hasta el 31 de diciembre próximo, se instaló la idea de que el 2 de enero está todo arreglado. Y la respuesta es que el 2 de enero no va a pasar nada. Este año no podemos ni sentarnos a negociar», sostuvo.
En una entrevista publicada hoy por el diario Página/12, el extitular de la Comisión Nacional de Valores afirmó que «hubo un intento muy claro de algunos sectores que apostaron a una nueva devaluación de la moneda» y que «muchos bancos pretendieron instaurar una cotización implícita» del dólar como una referencia al margen de la oficial.
«La liquidación de divisas de cerealeras y aceiteras se redujo, también como una forma de apuesta para debilitar al Gobierno. Pero los precios cayeron, no hubo devaluación y no les resultó buen negocio», agregó Vanoli.
«Estamos trabajando para desarmar los factores que estimulaban esas expectativas. El resultado de las señales que envió el Ejecutivo, en estos días, fue que el precio de la divisa por ‘contado con liquidación’ (operaciones de triangulación con pesos, bonos y dólares) se redujo dos pesos en 15 días», puntualizó.
Vanoli resaltó que «no está puesto por el mercado o el sistema financiero» al frente del BCRA y calificó como «fundamental» la buena relación que mantiene con el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Tras rechazar la necesidad de una devaluación como la de enero pasado por no considerarla una solución para mejorar la competitividad de la economía, aseveró además que no hay retraso cambiario y que en «una devaluación como la que quieren volver a forzar los sectores concentrados, todo lo que aumente el tipo de cambio será acompañado por un aumento de precios, pese a los esfuerzos que haga el Estado para evitar abusos».
«En una economía altamente concentrada, gran parte de las causas de la inflación tienen que ver con la capacidad de manejar los márgenes de ganancias de los grupos dominantes», recalcó.
Consultado por el nivel de reservas, Vanoli sostuvo que «están para ser usadas» y que «el Gobierno no tiene ningún temor en pagar deuda con reservas», pero vaticinó que el BCRA terminará el año con un stock «cercano al actual» en virtud de un «incremento en la liquidación de los exportadores» que prevé para el cuarto trimestre y del swap con el Banco Popular de China, que estimó estará operativo «en el transcurso de noviembre».
Respecto de si el nivel de las tasas puede constituir un freno a la economía, el presidente de la entidad monetaria aseguró que «en un momento en que te quieren armar una corrida, temporalmente habrá que convivir con tasas altas para revertir estas expectativas».