El equipo dirigido por Sergio Hernández tuvo una semana previa difícil de cara al arranque de la máxima cita. Primero se conoció la baja de Andrés Nocioni, quien fue desafectado por una lesión. Además, se sumó la de Emanuel Ginobili, quien ya se había alejado del equipo un par de meses antes de la competencia.
El camino a la clasificación arrancó cuando el seleccionado argentino debutó frente a Alemania y consiguió una complicada victoria. Las piezas clave del equipo fueron Scola y Oberto, quienes se hicieron fuertes en la zona pintada.
Sin embargo, en el segundo encuentro la Generación Dorada sufrió otra baja, esta vez, Fabricio Oberto padeció una gastritis y fue reemplazado por Leo Gutiérrez, quien hasta hora demostró estar a la altura de las circunstancias.
Ahí, nuevamente el equipo de Hernández volvió a desafiar a la adversidad, ante un rival duro como es Australia, con el cual estuvo en desventaja durante gran parte del partido. Pero la garra, el juego colectivo, la inteligencia y sobre todo la mística hizo que en un partido cerrado el equipo Argentino consiga el segundo triunfo.
Y finalmente, ayer venció Angola, un rival que en la previa era fácil. Aunque en el primer tiempo le costo traducirlo en el resultado. Mientras que el arranque de la segunda parte, continuó con paridad en el marcador. Sin embargo, el equipo albiceleste en el último cuarto realizó un parcial de (18 a 0), donde construyó un triunfo contundente.
De esta manera, la Generación Dorada demostró que siempre se repuso a la adversidad y que ningún partido fue sencillo. El corazón, la garra, el compañerismo y sobre todoel juego, hizo que la selección ya tenga su pasaporte en octavos de final. Ahora será tiempo de mantener el nivel y superar los próximos desafíos.