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Argentino de Rosario: otra campaña para el olvido

Argentino protagonizó una temporada flojísima, jamás logró hacer pie en el torneo y terminó en el fondo de la tabla. Además, continúa peligrosamente cerca de la zona de descenso.

Negativo de principio a fin. Argentino protagonizó un 2015 pésimo desde todo punto de vista y si pudo mantener la categoría fue únicamente porque otros hicieron campañas aún más lamentables que la suya, tal y como viene sucediendo hace años. Pero esa “suerte” no le va a durar eternamente al elenco de barrio Sorrento, que en el próximo certamen de Primera D estará obligado a sumar y sumar si no quiere sufrir la primera desafiliación de su historia.

Hundido en una intrascendencia absoluta, el club jamás logró armar un plantel competitivo como para dar pelea en el campeonato y los resultados saltaron a la vista. En 30 presentaciones en la última categoría del fútbol argentino, el Sala cosechó tan sólo 9 victorias, 4 empates y el durísimo saldo de 17 derrotas, para terminar ubicado entre los cuatro peores equipos en la tabla de posiciones.

Irregularidad total. Arrancó con José Previti y terminó con Marcelo Vaquero. Tanto uno como otro jamás lograron encontrarle la vuelta a un grupo de futbolistas que hizo lo que pudo por defender la camiseta de una institución con muchísimo pasado pero cada vez con menos futuro.

Las palabras “no hay un peso” fueron el común denominador en toda la temporada. Con un presupuesto casi nulo, Argentino vivió quizás el peor año desde el fatídico descenso sufrido en 2010. Sin caudillos dentro del campo de juego para liderar a tantos pibes con muy poca preparación para afrontar una divisional tan dura como la D, tampoco sorprende que el equipo terminase en el fondo de la tabla.

La aplastante derrota 7-0 que le propinó Puerto Nuevo (otro de los peores equipos del certamen) en el José Martín Olaeta podría haber servido como punto de inflexión pero no fue así, ya que al Sala aún le faltaba hundirse todavía un poco más en la vergüenza.

La llegada de Vaquero por Previti, quien dejó su cargo luego de semejante paliza, tampoco significó un cambio a corto o mediado plazo, ya que los resultados continuaron siendo adversos a pesar del cambio de mando y el equipo terminó perdiendo seis de los últimos siete encuentros que disputó. Pero por suerte el campeonato llegó a su fin, a lo mejor lo único positivo en toda la temporada, ya que impidió que Argentino continúe pasando papelones, ya sea jugando como local o en alguna de las tantas canchas del conurbano bonaerense que le tocó visitar.

Con un margen de error cada vez más chico, al Sala no le queda más alternativa que hacer borrón y cuenta nueva durante este receso, armar el mejor plantel posible con lo poco de lo que dispone y seguir rezando para que otro equipo haga una campaña peor que la suya y que lo salve nuevamente del descenso.

Eso es lo que viene sucediendo hace no menos de cinco años y difícilmente cambie de un día para otro. ¿Lo hará esta vez?

El ascenso al Molinas

Debió sufrir pero al final festejó. El ansiado regreso a la elite del fútbol de la Asociación Rosarina se hizo esperar ocho largos años, pero esta temporada con Daniel Paolini al mando y un grupo que se preparó a conciencia para cumplir con el objetivo, finalmente logró el ascenso al Molinas. Tuvo la chance en la última fecha del Torneo Unificado y no lo consiguió, ya que empató con Botafogo cuando necesitaba sumar de a tres. Es por eso que la historia se alargó hasta un desempate con Morning, otro de los animadores que tuvo el torneo a lo largo de la temporada. Y a la hora de la verdad el Sala se impuso 1-0 con gol de Mauricio Benavídez, quien con su tanto consumó lo que fue la única alegría en un año repleto de malos resultados.

EL DATO
17
derrotas sufrió el Sala en el certamen, siendo superado únicamente por el descendido Centro Español con 26

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