San Lorenzo, que se clasificó para la Copa Sudamericana, y Argentinos Juniors, que dejó al borde del abismo a Independiente, empataron 1-1, en partido válido por la 17ª fecha del torneo Final.
El equipo de La Paternal que le lleva seis puntos de diferencia al de Avellaneda (134 a 128 en la tabla global de las tres temporadas), a falta de dos fechas, se puso en ventaja, por intermedio de Lucas Rodríguez, a los 25 minutos de la etapa inaugural.
San Lorenzo estableció la igualdad en el segundo período, a través de una excelente maniobra individual del juvenil Ángel Correa, a los 12 del segundo período.
El encuentro, de desarrollo discreto, se disputó en el estadio del Nuevo Gasómetro del Bajo Flores, con un flojo arbitraje de Fernando Rapallini, quien omitió un penal de Santiago Gentiletti sobre Daniel Villalva en el segundo tiempo, cuando los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi se imponían y mandaban a la B Nacional al conjunto de Avellaneda.
Los planteos estuvieron claros desde el comienzo. El local asumió la iniciativa, pero tropezó con las dos `líneas de cuatro` que apostó la visita, que dejó al tándem Leandro Caruso-Villalva como solitarias vías para llegar al gol.
En ese contexto parejo, el equipo conducido por Juan Antonio Pizzi manejó la pelota pero solamente hasta tres cuartos de cancha. Y cada vez que intentó ser profundo chocó con la solidez del fondo visitante.
Además, Enzo Kalinski fue el único representante de la línea media de San Lorenzo que mostró claridad. Tanto Juan Mercier como Ignacio Piatti aportaron lentitud e imprecisión en la traslación y así los locales «naufragaron» en la intrascendencia.
Entonces, Argentinos se animó una vez y tuvo premio: a los 25, Santiago Nagüel escapó por derecha, mandó un centro viboreante al corazón del área y el arquero Matías Ibáñez falló en el corte. Por detrás de todos apareció el pibe Rodríguez que, con un remate defectuoso, conectó al gol para decretar la victoria parcial del visitante.
La ventaja provocaba el automático e inmediato descenso de Independiente y aportaba una curiosidad. El éxito provisorio dejaba último en la tabla de posiciones al Boca Juniors de Carlos Bianchi.
Argentinos se fue al descanso con la diferencia ajustada y preparó un segundo tiempo similar: apretando en todos los sectores de la cancha.
Por su lado, el técnico Pizzi mandó a la cancha a Alan Ruiz y el ex-Gimnasia La Plata aportó algo más de claridad a la ofensiva azulgrana.
El juez Rapallini dejó sin sanción un tonto penal de Gentiletti a Villalva, aunque San Lorenzo, a esa altura, ya presionaba más adelante en el campo. Y a los 9., después de un desborde de un intermitente Gonzalo Verón, el ingresado Fabián Bordagaray elevó el cabezazo.
Hasta que a los 12., una jugada de «otro partido», como se dice vulgarmente, permitió la paridad. El pibe Correa diseñó un sprint a lo Lionel Messi, de derecha a izquierda, llegó al área sin problemas y, ante la salida de Nereo Fernández, definió cruzado para gritar el 1-1.
De allí hasta el final, pese a que quedaba más de media hora, las precauciones y los temores invadieron a los dos. San Lorenzo sabía que el punto le servía para cumplir el objetivo de arribar a la Sudamericana y no arriesgó más de la cuenta.
Y Argentinos, a sabiendas de que con un empate más dejará fuera de acción a Independiente (distinta es la situación con San Martín de San Juan), tampoco se exigió demasiado. Entonces, la igualdad se instaló como un lógico corolario.