Miles de argentinos continúan varados por el mundo sobrellevando a duras penas todo tipos de obstáculos para sobrevivir. La pesadilla para ellos comenzó cuando el gobierno nacional decidió cerrar las fronteras a partir del 15 de marzo ante el avance de la pandemia. Aunque muchos ya fueron repatriados, otros quedaron a la deriva.
Este es el caso de las 145 personas varadas en Cusco, Perú, quienes llevan alrededor de tres semanas sin poder regresar. Entre los principales problemas que cuentan están la falta de alimentos, el hospedaje, la falta de dinero y el hecho de estar aislados en otro país también duramente afectado por la pandemia. Algunos de ellos tuvieron que buscar hospedaje en las iglesias y van a los mercados a pedir algo de comida.
En diálogo con El Ciudadano, Mercedes Actis, una arrecifeña que vive, estudia y trabaja desde hace nueve años en Rosario, y que oficia de vocera del grupo, contó que llegó el 7 de marzo junto a su novio, León Erviti, para pasar unos días de vacaciones en Cusco. Todo iba bien hasta que se enteraron del cierre de la frontera. Desde este momento todo se transformó en angustia y desesperación.
Con respecto a la situación que atraviesan, Actis señaló: No hemos recibido ningún tipo de ayuda, ni alojamiento, ni alimentos, ni medicamentos, tenemos personas con enfermedades preexistentes que no han sido consideradas como factor de riesgo en los vuelos anteriores y han sido dejadas aún declarando que ya no tenían más medicamentos.
Si bien el gobierno dispuso vuelos de aviones Hércules (regresaron 400 personas) para la repatriación desde Cusco, no alcanzaron para “subir” a todos. Actis remarcó que “nosotros mismos hicimos un listado con el total de las personas que aún estaban varadas y bajo qué condiciones se encontraban y se la hicimos llegar a las autoridades nacionales pero sin lograr respuesta alguna”.
“Le hemos hecho llegar notas para pedir asistencia a la Cancillería argentina en Perú, a funcionarios adjuntos del consulado, al Ministerio de Relaciones Exteriores, y a varios diputados y senadores de distintos espacios, sin contestación. No tener una fecha de regreso nos está afectando psicológicamente”, advirtió.
Actis remarcó: “Desde el Consulado se contactaron con nosotros. Nos avisaron que debíamos llenar un formulario para recibir la asistencia, cosa que nunca sucedió. Ni el formulario ni la ayuda llegaron”.
Con relación a los primeros vuelos de repatriación dispuestos por el gobierno a través de los aviones Hércules, Actis dijo “no comprendo como se confeccionaron las listas para los que debían embarcarse. Tenían registrados a sólo 80 personas (algunos nombres duplicados), y además no se tuvo en cuenta el estado de salud de muchas personas que quedaron afuera”.
Actis reconoció que “salir de Cusco no es tarea sencilla. Primero hay que ir en un chárter hasta la ciudad de Arequipa y después realizar el trasbordo”, de todas maneras no pierde las esperanzas de terminar pronto con la pesadilla.
Con relación a la manera en que están viviendo en Cusco, Actis remarcó: “Mi novio y yo logramos quedarnos en el hotel, por ahora. Pero lamentablemente no es el caso de otras personas que tienen que pedir refugio en las iglesias. Además como somos los únicos extranjeros que hay aquí, todos los hoteles han cerrado. Es muy triste ver como compatriotas van a los mercados a pedir algo de comida”.
Luego, Actis agregó sobre el desolador panorama, que por la desesperación muchos argentinos arman improvisadas carpas pero que rápidamente son “invitados” a desarmarlas por parte de las fuerzas armadas peruanas.
Representando a sus compatriotas, Actis hizo un llamado “al gobierno argentino que busca evadir su responsabilidad alegando excusas de insuficiencia de recursos de rescate para dar respuesta a la inmensa emergencia mundial, así como también las de carácter económico, o aquellas que se amparan en los impedimentos impuestos por parte del estado hermano latinoamericano, ya que ambos estados son soberanos y ya se ha permitido mediante las figuras jurídicas internacionales el paso mediante los salvoconductos correspondientes”. Y remató: “Los argentinos varados en Cusco esperamos una solución solidaria y humanitaria tan necesaria en esta situación de emergencia extrema”.