En 2013, Arnaldo André, el actor paraguayo exitoso en la televisión argentina, que luego incursionaría en el teatro y en el cine, estrenó (en Paraguay) Lectura según Justino, su primera película como director de cine. Con el viejo sueño de mostrar algo de su infancia, como parte de una trama que revela una segunda historia de amor y muerte, que finalmente esta semana se estrenó en Argentina.
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Para concretarla, y en virtud de que su acción tiene lugar en San Bernadino, vecina de Asunción y a orillas del Lago Ypacaraí, en 1955, a principios de la dictadura de Alfredo Stroessner, necesitó un gran equipo binacional tanto delante como detrás de las cámaras que recuperara aquellos tiempos y que lo hiciera con el talento ya aplaudido en varios festivales.
La historia muestra al pequeño Justino, un niño casi adolescente, alumno de un colegio donde también se enseña alemán, y además es cartero, lo que le permite conocer mejor a sus vecinos, incluso a un oficial nazi sobreviviente de la guerra al que le servirá de “mensajero”.
Para esos papeles centrales, André eligió al entonces niño Diego González, que encarna a su alter ego, Julieta Cardinali su profesora de alemán, Mike Amigorena el oscuro Joschka, Celso Franco, Edgardo Moreira y Loren Acuña, para la fotografía a Hugo Colace, para la edición al recordado César D’Angiolillo, para el sonido a José Luis Díaz y para la música a Derlis A. González.
El proceso del film
Para Arnaldo André el camino de una película, del cine, es largo: “El guión tuvo nueve versiones y después vino lo más difícil que es conseguir fondos. Tuve la colaboración del Incaa y de muchas empresas importantes de Paraguay que creyeron en el proyecto, como la binacional Itaipú. Después vino otro proceso una vez rodada, volver a Paraguay a ver si me daban otra pequeña remesa para el tramo final. La estrené en Paraguay en 2017, y la pude llevar a Goas en la India, Ottawa, Chicago, San Pablo y Punta del Este con mucha emoción aplausos”, contó el flamante director en una charla con Télam.
Uno de los temas que toca el film es la presencia de nazis en Paraguay y en Argentina, la línea argumental sobre la que más le preguntaron en el exterior: “Les llamaba la atención, me preguntaban si todavía existían allí. Hoy todavía, cuando voy a mi pueblo, incluso cuando filmaba la película, me decían que en tal o cual parte estuvo viviendo alguno”, contó André que recordó que durante su infancia la presencia de alemanes en la zona era motivo de debate: “Veíamos alemanes por todos lados porque, además, había una colonia alemana. Con mi trabajo de cartero tenía que ir a golpear las manos para que todos abrieran las puertas. Eran historias de la que se hablaba poco. «Lo único que hizo Stroessner fue hacernos dormir la siesta», dice un personaje y creo que fue así para que no preguntemos nada, que simplemente vivamos”.
Volver a casa
Para realizar el film, el actor que supo protagonizar emblemáticas telenovelas de la pantalla chica argentina como Pobre diabla y Piel naranja, de Alberto Migré; tuvo que volver a su pueblo natal. Un reencuentro “plagado de emociones”. “Fue recordar las calles, los animales sueltos, las plantas de mango y naranjas, los olores del amanecer, el del mate cocido, con yerba quemada con azúcar y carbón. Iba a Paraguay con frecuencia pero nunca me quedé tanto tiempo cómo ésta vez casi dos meses”, recordó el director al tiempo que relató una de las anécdotas del rodaje: “La Virgen de Caacupé que se ve en la película no es una réplica de utilería sino la verdadera. Mandé a mi director de arte a que comprase una réplica, pero fue a hablar con el arzobispo y éste le ofreció usar la verdadera, cosa que recién dijimos a los 300 extras que participaron en la escena poco antes del rodaje. Hay que observar la emoción que puso esa gente en la escena seguramente por esta razón”.
Fue recorriendo su pueblo natal y su propia historia que André ideó Lectura según Justino, un film que muchos presentan casi como autobiográfico: “Muchas veces somos víctimas de nuestros propios recuerdos, decía (Federico) Fellini y pienso igual. En muchas de sus películas estaba presente su pasado. Cuando hizo Amarcord, decía que muchas veces es como uno cree que pasó”.
Sobre su presente y futuro profesional André aseguró nunca haber pensado en alejarse del cine: “Pero no quiero ser tan injusto con la televisión, un medio que me dio la posibilidad de forjarme, pero nunca me he sentido tan feliz como dirigiendo una película incluso más que actuando”.
La elección de los actores
En Lectura según Justino la figura clave es el pequeño actor que compone al del título, un papel que recayó en Diego Díaz, quien ahora, con seis años más que durante el rodaje, estudia medicina en su país. Según explicó André Díaz fue seleccionado en un casting de largas jornadas: “Hicimos un llamado para el casting del niño protagonista, sus hermanas y sus amigos. Con el apoyo de una compañía de telefonía celular, con largas jornadas con más de trescientos chicos y me vine a Buenos Aires sin haber elegido a Justino”, recordó.
“Pasaron seis meses y lo rescate a Diego. No me quedaron dudas que era él y no me arrepiento”, dijo y recordó como fue con personajes adultos: “Sin haber trabajado con ella, recordé que Julieta Cardinali podía dar perfectamente el look de profesora alemana, y le fascinó el guión”.
Para el personaje del alemán misterioso que envía esquelas a la profesora usando como intermediario a Justino, André convocó a Mike Amigorena: “Fue una elección perfecta, y además Mike me confesó que tenía facilidad para imitar acentos. Los dos tuvieron un coach por el tema del acento alemán”, contó el director que sobre la filmación confesó: “Fue un rodaje de tres o cuatro veces cada toma. No se necesitó repetir mucho. Todos entendieron bien cuál era la idea, hasta en los mínimos papeles y eso se ve en el resultado”, concluyó.