La Asociación de Arquitectos e Ingenieros Alemanes (DAI) criticó el afán de los jeques por tener el edifico más alto, más grande del mundo e hicieron saber que no consideran al nuevo Burj Dubai un modelo de edificación.
“Nadie puede saber a dónde conducirá la desmesura planificadora de los jeques, pero una cosa es segura: el desierto convertido en un gigante de acero, hormigón y vidrio no es un aporte sostenible a la cultura de la edificación», explicó el presidente de la DAI, Christian Baumgart.
Por su parte, el arquitecto Meinhard von Gerkan dijo que el edificio Burj Dubai es «un símbolo de prestigio económico para el poder del dinero».
Según estos profesionales alemanes con edificios como ése no se gana dinero, dado que con esas dimensiones los costos de construcción y mantenimiento alcanzan niveles astronómicos.
Von Gerkan, quien es responsable del diseño de la estaciñon central de Berlín, expresó que “no es casualidad que el rascacielos más alto del mundo esté en un país islámico y no en Estados Unidos, donde la racionalidad respecto de las exhibiciones de poder tiene un papel más importante”.