Hoy arranca oficialmente la era Martín Mackey en Newell’s. Si bien el director deportivo asumió oficialmente en el mes de octubre tras renunciar como gerente de la UAR, la gestión tendrá su verdadero puntapié con el inicio de la pretemporada de todas las divisiones inferiores.
Otra vez sobrevuela por el Parque la palabra “proyecto”. Aquella que se instaló con fuerza cuando asumió Jorge Theiler en 2009, pero que con el correr de los años fue perdiendo adeptos a partir de los escasos resultados. Y en inferiores, hablar de resultados no significa festejar títulos, sino más bien formar jugadores para primera y así evitar traer refuerzos sin sentido y en el futuro generar recursos económicos con ventas.
Mackey llega con pergaminos interesantes. Su método que propone formar deportistas de “alto rendimiento” tuvo éxito en Duendes y luego en Los Pumas. Obviamente el rugby es otro deporte, menos profesional y sin tantas exigencias de resultados inmediatos. Y con otra idiosincracia en los jugadores, tal vez el mayor desafío que deberá afrontar Mackey si quiere tener éxito.
“Lo escucho y es Bielsa”, lo elogia Bermúdez cada vez que menciona al director deportivo. Una comparación que se basa en la capacidad de trabajo y dedicación para imponer una idea, aunque en la previa algo exagerada.
Mackey armó un equipo a su alrededor. Se rodeó de gente de confianza que no tiene pasado leproso y por eso hubo críticas. El director de metodología es Facundo Tabares, quien también llega del rugby, ya que trabajó en Jockey. Y en el área fútbol su director es Marcelo Raya, de último paso en Adiur. Además estará Andrés Dal Lago como psicólogo y Luciana Pivetta como nutricionista.
También cambió el coordinador de inferiores. En octubre se fue Carlos Picerni y ahora asume Héctor Bidoglio, quien dirigió las inferiores de Colón, pero estuvo en Bella Vista desde 2011 y fue DT de inferiores (campeón con la 9ª de AFA en 2015) e incluso formó parte del cuerpo técnico de Alfredo Berti.
También hubo cambio de entrenadores de varias categorías. “No se está trabajando bien. Es necesario que los técnicos y los profesores asuman el compromiso y tengan gran dedicación”, se escuchó decirle a Mackey por Bella Vista.
Y de los ex jugadores devenidos a entrenadores de inferiores sólo sobrevivieron Fabián Garfagnoli, campeón con cuarta de AFA en 2016, Gastón Liendo, Petete Rodríguez y alguno más.
“Formar jugadores de fútbol no implica sólo que sepan patear una pelota”, explicó Mackey. “Hay que unificar ideas, gestionar calidad en los recursos humanos para crear cultura de alto rendimiento. El objetivo es crear un estilo propio de juego para toda la institución y desarrollar deportistas de alto rendimiento”, sintetiza Mackey.
Ese será el plan. El proyecto por ahora involucra a inferiores y no se mete con la primera. Si hay resultados, ese será el próximo paso.
