La Justicia italiana abre hoy un histórico proceso contra la llamada “Mafia Capital”, una red de delincuentes, empresarios y políticos de todos los partidos que tomaba fondos estatales mediante el arreglo de licitaciones públicas en Roma.
En total, un centenar de personas deberán declarar ante el tribunal durante más de 130 audiencias, bajo la acusación de formar parte de una asociación mafiosa con ramificaciones en la capital italiana.
La mayoría de las audiencias se celebrarán en la cárcel romana de máxima de seguridad de Rebibbia, donde se han llevado a cabo los juicios históricos en los años 80 contra la Cosa Nostra, la temida mafia siciliana.
La Mafia capital es la llamada quinta mafia de Italia, después de la Cosa Nostra, Camorra, Ndranghetta y Sacra Corona Unita. Está acusada de acomodar las licitaciones públicas para la gestión de los residuos urbanos, el mantenimiento de espacios verdes y la recepción de refugiados. Se trata de áreas de gestión que reciben importantes fondos estatales que, en gran medida, terminaban desviados.
Ex alcaldes y el Tuerto
Más de un centenar de personas fueron investigadas, entre ellas el ex alcalde de Roma Gianni Alemanno, de extrema derecha durante su juventud, quien gobernó entre 2008 y 2013, aunque acusado sólo de corrupción y no de pertenecer a la organización criminal.
Algunos de los acusados se encuentran detenidos, entre ellos el líder de la red, Massimo Carminati, ex terrorista de extrema derecha con una gran trayectoria delictiva y conocido como “El tuerto” por haber perdido un ojo en un enfrentamiento con la Policía.
“Con los inmigrantes se gana más que con la droga”, se escuchó a la mano derecha de Carminati en una de las numerosas intervenciones telefónicas divulgadas por la Policía tras tres años de investigaciones.
Entre los políticos romanos involucrados, provenientes tanto de partidos de derecha como de centro e izquierda, varios se encuentran con detención domiciliaria.
El caso estalló en diciembre de 2014, con la detención de 37 personas, entre ellas Carminati, de 57 años, el “último rey de Roma”, un temido matón, neofascista y también amigo de juventud del ex alcalde Alemanno, quien manejaba los hilos del gobierno romano.
Los de bajo perfil
La capital italiana descubrió durante la investigación el poder de “la gente del medio”, como la llamó Carminati: empleados, funcionarios, algunos dirigentes de empresas municipales que se asociaban sin problemas ni grandes diferencias políticas para robar los dineros públicos de la ciudad. Entre los nombres más conocidos de esa franja de baja exposición que se enriquecían con el dinero destinado a los más pobres figuran Luca Gramazio, representante en la municipalidad por el partido del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, y Mirko Coratti, ex presidente del Consejo Municipal de Roma, miembro del izquierdista Partido Democrático, en el poder con Matteo Renzi.
En junio de este año, la fiscalía romana extendió la investigación a otras 44 personas involucradas en un complejo sistema de intercambios de favores que incluía sobornos, contratos de trabajo a parientes y amigos y adjudicación de viviendas.
El escándalo repercutió en la reciente salida del alcalde izquierdista de Roma, Ignazio Marino. “Esta es una prueba clave para Italia”, aseguró el historiador británico John Dickie, especialista en Italia y mafia, de la University College de Londres. “Si la acusación es sólida, será la señal de que Italia es capaz de desbaratar las mafias modernas”, dictaminó.
La primera audiencia se celebrará en el palacio de Justicia de Roma y tendrá sobre todo un carácter administrativo, ya que será dedicada a establecer las partes civiles.
Varias empresas y personas se consideran afectadas, entre ellos el Ministerio del Interior, la Región Lazio y la alcaldía de Roma.
Las audiencias sucesivas se llevarán a cabo a un ritmo vertiginoso: el calendario ofrece hasta cuatro por semana en la cárcel de Rebibbia, al noreste de Roma.
En Sicilia, cae banda que cobraba por “protección”
La policía italiana arrestó este último lunes en Sicilia a 22 supuestos mafiosos después de que los comercios, cansados de pagar “protección” a esa organización criminal, se rebelaran y contactaran a las autoridades.
La policía informó que los sospechosos de pertenecer a un clan mafioso en Bagheria, un suburbio de Palermo, fueron arrestados durante varios allanamientos. Los acusados, por medio de actos intimidatorios como incendios, exigían dinero a compañías de construcción, supermercados, mueblerías, casas de prendas de vestir, verdulerías, pescaderías y cafés. Según se desprende de llamadas telefónicas interceptadas, el dinero de las extorsiones era destinado a mantener a las familias de los líderes mafiosos presos. El principio del fin de la red llegó cuando un grupo de sicilianos jóvenes comenzó una campaña que motivó a muchos comercios a denunciarlos.