Personas de todo el mundo podrán este fin de semana describir los pájaros silvestres que llegan a su patio, balcón, terraza o a la plaza más cercana y cargar los datos en una plataforma a través de una aplicación, a raíz de la nueva edición del Conteo de Aves de Jardín, lo que busca «redescubrir el entorno» y a la vez utilizar los datos recolectados para diversos análisis científicos.
«eBird es una plataforma donde los observadores de aves de todo el mundo podemos subir nuestros registros. Los registros no tienen que ser necesariamente en foto, video o audio, sino que simplemente pueden reportar que observaron la especie en un lugar», dijo este viernes a Télam María del Castillo, responsable de la aplicación administrada por la Asociación Aves Argentinas.
Del Castillo contó que desde este viernes y hasta el lunes 15 de febrero se realizará el conteo de aves de jardín, una iniciativa que permitirá que participen personas de todo el mundo durante cuatro días. «No hace falta que sean expertos en aves, pueden subir a la app todos los registros de aves que vayan apareciendo en su casa», afirmó.
De este modo, los avistajes de aves se registran y se comparten para construir una «ciencia ciudadana», donde el registro aportado por cada persona se transforma en una nube masiva de información que hoy cuenta con más de 700 millones de observaciones en todo el mundo.
eBird Argentina ya cuenta con más de 2 millones de registros, todos ellos compartidos con el Sistema Nacional de Datos Biológicos (SNDB).
Los datos recolectados son utilizados para diversos análisis científicos que permiten profundizar en el conocimiento de las especies y su relación con el entorno.
«Estos datos sirven para entender la biología y el lugar de las aves. El conteo es una manera de ir midiendo la calidad del ambiente en el que vivimos y entender qué aves se asocian a hábitos urbanos. La presencia o ausencia de determinadas especies de aves puede indicar algo sobre la calidad ambiental del lugar», explicó Del Castillo.
Según las estimaciones, en la ciudad de Buenos Aires se han registrado 350 especies, mientras que en territorio bonaerense se encontraron unas 450.
«La especie más icónica es una que todos conocemos, especialmente en verano, que es el zorzal colorado o el zorzal salero, que tiene la espalda marrón y el pecho naranja y va comiendo moras u otras frutas. También está la calandria, que es una especie muy confianzuda y mucha gente la conoce, y en Buenos Aires podemos encontrar hasta 3 especies de picaflor», reseñó Del Castillo.
En la nómina de aves, mencionó a la ratona, «que es una muy chiquita y que se alimenta de insectos como mosquitos», la cual «es muy icónica porque si dejas algo hueco afuera como una zapatilla o una maceta van y hacen el nido y es re lindo tenerlas y tienen un canto súper melódico».
Del Castillo contó que «cada vez aparecen registros más extraños y especies que no se pensaba que estaban en un lugar empiezan a aparecer».
«Es difícil determinar si esas especies siempre estuvieron y recién ahora las empezamos a registrar porque somos más personas o si aparecen por cuestiones del cambio climático o por pérdida de su hábitat», explicó.
Para garantizar la calidad de datos del sistema, los registros subidos a eBird atravesarán un proceso de revisión automatizado que detecta observaciones inusuales (especies raras, conteos altos y registros fuera de los lugares o fechas esperadas para una especie).
En caso de que alguna observación sea detectada por el filtro, un revisor o revisora se pondrá en comunicación con el observador para verificar la validez del registro.
Para participar es necesario crearse una cuenta en eBird y luego se recomienda observar las aves que visitan el jardín, balcón o terraza al menos una vez durante 15 minutos.
Se puede repetir este proceso las veces que uno quiera a lo largo del día, solo es importante contar o estimar la cantidad de individuos observados para cada especie.
Antes de enviar la lista con fotos y grabaciones, se debe colocar en los comentarios la frase «Conteo de Aves de Jardín».
«A las aves las podes disfrutar sepas el nombre o no, es sólo sentarte, preparar unos mates y empezar a abrir tus sentidos, no es sólo observar sino también escuchar», aseguró del Castillo.
«Desde un balcón, una terraza, una ventana o desde el jardín se pueden ver los pájaros. En la medida que prestas atención vas a ir encontrando más y viendo que quizás esas dos aves que ves que son iguales tienen una marquita de diferencia y ahí descubrís un mundo nuevo. Es una manera de redescubrir el entorno donde vivís, es mirar con otros ojos», concluyó.