El crimen del adolescente Sebastián Zamora, ocurrido en barrio Casiano Casas, comenzó a ventilarse ayer en Tribunales. El presunto autor del homicidio tiene 22 años y enfrenta una sanción penal de 18 años de cárcel a pedido fiscal por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación. Por su parte la defensa espera la absolución de su pupilo al sostener que no es el autor del disparo que causo la muerte a la víctima.
El hecho se registró el 14 de febrero de 2014 y todo se habría iniciado por un mandado que otro joven no realizó y se quedó con el dinero de una gaseosa, lo que derivó en la intromisión del padre del sospechoso y en el homicidio. El juicio seguirá hoy en Balcarce 1651 presidido por los jueces Juan Carlos Vienna, Gonzalo López Quintana y Raquel Cosgaya.
Sebastián Zamora tenía 17 años y se ganaba la vida como vendedor ambulante junto a su padre. El hombre relató que ese día llegaron de trabajar, fueron a la peluquería y cerca de las 18 ingresaron a su casa mientras su hijo se quedó en la puerta. Frente a su vivienda había «una joda» donde estaba Cristian Adrián P., desde ayer sentado en el banquillo.
Eran cerca de las 20.30 cuando Zamora declinó la invitación de un amigo a tomar una gaseosa junto a su tío y comenzó a caminar por calle Calvo tirando una moto a la que le faltaban las cachas. En ese momento y a metros de llegar a calle Cabassa aparece el tirador en moto que, tras una discusión sacó un arma y lo baleó.
Tanto el fiscal Ademar Bianchini como el defensor Jorge Alcaraz coincidieron en la mecánica del hecho y la muerte de Zamora por un tiro en la cabeza aunque discrepan en la autoría del hecho. Alcaraz sostuvo ayer que su cliente no fue quien accionó el gatillo del arma que mató a la víctima y si bien no brindó una coartada sostuvo que su cliente se presentó a la Justicia en agosto pasado y desde el hecho hasta la detención realizó una vida normal.
Los testigos que desfilaron por la sala dejaron entrever que el conflicto nació uno o dos meses antes cuando la víctima le pidió a otro chico que le compre una gaseosa. El pibe se fue con el dinero y no volvió. Zamora fue a quejarse con la madre del chico del mandado y en una oportunidad se cruzó con el pibe y se generó un entredicho donde el padre del imputado intervino. Allí la bronca se traspoló a estas dos personas y el hijo del último terminó imputado
Cristian P. fue señalado en la sala por un testigo que sostuvo a la víctima hasta que la trasladaron al hospital Alberdi donde llegó sin vida. Este muchacho refirió que vio irse a la víctima y al rato escuchó un tiro. Cuando fue hacia la esquina se escucharon algunas detonaciones más y vio a Zamora corriendo pero no llegó a saltar el zanjón. Detrás observó al imputado y lo sindicó en la sala. Mientras que una mujer que caminaba delante de la víctima refirió que acusado se acercó por detrás y le dijo: «¿si te mato ahora que estás solo?» y se inició una discusión. La mujer aceleró el paso y escuchó los tiros. La mayoría de los testigos señalaron al acusado como el autor ya sea porque lo conocieron a pesar de la capucha, o porque testigos de oídas dijeron que fue el tirador como declararon los padres de la víctima, o porque lo escucharon de boca de Zamora que le dijo «ya fue, ya hablé con tu viejo» y mencionó su apodo.
A excepción del tío del imputado, el resto de los declarantes sostuvieron que en el barrio hay un solo joven con ese apodo. El juicio continuará hoy.