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Arrojaron sopa sobre obras de Van Gogh como protesta por la condena a dos activistas

Ocurrió en la National Gallery de Londres. Las obras vandalizadas son de la serie “Los Girasoles”. Los agresores fueron dos hombres y una mujer que son parte de la organización ecologista británica Just Stop Oil


Tres activistas de la organización ecologista británica Just Stop Oil volvieron a tirar sopa este viernes sobre dos pinturas del holandés Vincent Van Gogh en la National Gallery de Londres, poco después de que dos colegas suyos fueran encarceladas por vandalizar Los Girasoles de la misma forma en octubre de 2022.

Así lo confirmó la propia organización medioambiental en su cuenta de X, junto a un video en el que aparecen tres activistas en la exposición dedicada a Van Gogh en el museo londinense, lanzando sopa de tomate a dos de las pinturas y dirigiéndose a la multitud a gritos.

“Hay gente en prisión por pedir el fin de nuevos proyectos de extracción de gas y petróleo”, dijeron los activistas, en referencia a sus compañeras Phoebe Plummer, de 23 años, y Anna Holland, de 22, sentenciadas este viernes en el tribunal londinense de Southwark.

Las dos ecoactivistas recibieron penas de dos años y veinte meses de cárcel, respectivamente, por causar daños al marco dorado del cuadro de Los Girasoles, por valor de 10 mil libras (unos 12 mil euros).

Por su parte, la National Gallery informó en un comunicado que los tres activistas fueron detenidos y que las pinturas vandalizadas, otras dos de la serie Los Girasoles, de 1888 y 1889 respectivamente, permanecen sin daños.

“Las obras han sido retiradas de la exposición y examinadas por un restaurador y están intactas. Esperamos poder reabrir la muestra lo antes posible”, escribió el museo londinense, uno de los pocos del mundo al que se ingresa libremente incluso sin abonar una entrada.

En octubre de 2022, Plummer y Holland, que llevaban camisetas de Just Stop Oil, arrojaron el contenido de dos latas de sopa de tomate Heinz sobre la obra de 1888, antes de arrodillarse frente a ella y pegar sus manos a la pared. Aunque el óleo no se manchó al estar protegido por un cristal, sí se estropeó el marco, que el museo había comprado en 1999 por 28 mil libras (unos 33.500 euros).

Al pronunciar su sentencia, el juez Christopher Hehir afirmó que a las activistas “no pudo importarles menos si el cuadro se dañaba o no” y lamentó que hubiera podido perderse un “tesoro de la cultura universal” algo que claramente no pasó.

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