Covid-19, laboratorio de Wuhan en China, alcohol en gel, barbijos, recaudos, pandemia, aislamiento. Todo fue una explosión de información, de accesorios y de nuevos elementos que tuvimos que incorporar para preservarnos de lo desconocido. En la parte más austral del Hemisferio Sur, los argentinos fuimos afortunados –si vale la palabra fortuna–, de haber visto con anticipación lo que pasaba en Italia, en España y en otros países de Europa – con el inverno en el viejo continente y también en parte de Asia–, en donde el coronavirus hizo estragos cobrándose la vida de miles de personas.
Esta pandemia inédita en los siglos XX y XXI, sin pasar por alto la gripe española de principios de 1900, ni la gripe aviar en los inicios del nuevo milenio que no llegaron a provocar el impacto del coronavirus, obligó a que nos adaptáramos a una nueva forma de vida. Uno de los primeros anuncios del presidente Alberto Fernández nos sorprendió repentinamente: “Quedáte en casa”, frase que llegó acompañada de órdenes y requerimientos que nos obligaron a cambiar nuestros hábitos al ciento por ciento.
Y nos quedamos en casa. Algunos sin trabajar, acomodándonos y aprendiendo a vivir con lo que, justamente, había en nuestros hogares. Las reuniones familiares, la asistencia a nuestros ámbitos laborales, los mates en el parque, los encuentros con amigos, el estudio, todo se redujo al espacio con que el que contábamos y a esa salida mínima a los negocios de cercanía para comprar lo indispensable en la que la bolsa ecológica para ir al supermercado funcionaba como un pase temporal a la libertad.
Durante el primer mes de la cuarentena, ante la necesidad de ocupar el tiempo, muchos dieron el puntapié inicial para hacer al fin esos arreglos en el hogar que por una cosa u otra siempre habían quedado postergados. En este contexto que, paulatinamente va quedando atrás, surgió “Arte para conectarnos”, iniciativa de la artista plástica y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), María del Carmen Suárez, con quien La Cigarra – Cooperativa de Trabajo Limitada, que edita el diario El Ciudadano & la región, entre otras publicaciones, materializó la propuesta que superó las expectativas iniciales.
Una pandemia que cambió todo
“Esta situación de pandemia nos ha desafiado en todo y una parte, muy sentida, muy propia y querida, ha quedado en nuestro libro que no dudo será parte de nuestra memoria”, señala Suárez.
Primero fue una convocatoria a nivel nacional para todos aquellos que quisieran enviar un dibujo, una pintura, una obra de arte sin el requisito de ser un artista. La consigna fue hacer un dibujo con cualquier elemento que se tenga en casa: papel, recortes, lápices, biromes o pinturas y enviarlo vía Whatsapp. Las respuestas no tardaron en llegar. En ese contexto de seudo encierro y la necesidad de crear, acompañada por las nuevas tecnologías y las redes sociales hicieron que la propuesta exceda las fronteras y, en poco menos de una semana, recibimos trabajos de distintos puntos de la Argentina, como también de otras partes del mundo.
«Si bien estar cercana a los perfiles tan variados que nos hacen ver los hacer es artísticos me lleva a conocer cuanto ofrecen de gratificación a quienes se le acercan, la masiva respuesta a esta convocatoria me dio la alegría de sorprenderme”, agrega la artista y docente.
Fueron más de 430 obras, lo que nos llevó a un nuevo desafío: reunir todos los trabajos en un libro –por ahora virtual–, en donde están plasmados los “sentires dibujados” de cientos de personas tratando de retratar con sus manos sus vivencias en lo que fue el pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado a fines de marzo pasado por el gobierno nacional.
“El momento que vivimos requiere calma y protagonismo, vencemos entre todos sabiendo cuánto el arte aporta como vehículo de emociones. Presentamos este proyecto con la aspiración de que sea de muchos”, había dicho Suárez al lanzar la convocatoria. Y así fue.
“Hay algo más: que un grupo de valiosos y comprometidos comunicadores nos haya «prestado» su voz para que esto se realice y conozca, me llena de confianza y optimismo para seguir transitando y valorando esta profesión que elegí y sigo eligiendo”, concluye la mentora de la iniciativa al presentar en sociedad el flamante libro virtual, un trabajo de hacer colectivo.
Convocatoria nacional y abierta “Arte para conectarnos”: enviá tu dibujo o pintura