Por Cintia Kemelmajer / Conicet
La primera escena es un clásico de los actos escolares: niños y niñas con la cara intervenida con corcho quemado, una costumbre argentina para representar la esclavitud en los actos escolares que conmemoran fechas patrias. En el siguiente plano se ven dos manteros senegaleses que venden objetos en la calle. Un par de tomas más adelante, la textura se vuelve acuosa, hasta que en la imagen se logra distinguir el braceo exigido de ¿un migrante africano? “Soy Bernardino Rivadavia, afrodescendiente -dice un nene, la cara pintada con corcho, cuando la cámara vuelve al escenario escolar, frente a un público de padres y madres-, fui rotulado como hombre blanco en el Censo de 1810”. Esas son las primeras pinceladas de íntegro, íntegro, integró -realizado por la filósofa e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Ana Paula Penchaszadeh y la artista visual Gaby Messina- un cortometraje ficcional compuesto por un sinfín de escenas cotidianas, que muestra cómo la discriminación de afrodescendientes y de los migrantes africanos y de origen afro sigue vigente en nuestra sociedad.
Penchaszadeh y Messina vienen trabajando en este proyecto desde 2016, cuando ganaron una convocatoria del Programa Plataforma Futuro Ministerio de Cultura de la Nación, para cumplir su primera etapa. ¿Por qué una investigadora se asoció a una artista acostumbrada a un universo totalmente ajeno a la ciencia? Por puro azar. Hace unos años, Penchaszadeh se cruzó con Messina y el destino quiso que comenzaran a charlar sobre las ocupaciones de cada una: Penchaszadeh le comentó que como investigadora se especializaba la temática de las migraciones contemporáneas desde un enfoque de derechos humanos, y Messina entonces le habló de un intríngulis que desde hacía años la desvelaba: por qué, a diferencia de otros lugares de Latinoamérica, en Argentina era tan poco visible la población de origen afro. “Esa pregunta surgía de su propia vivencia personal, por haber sido demasiado ‘oscura’ para los estándares de sus entornos sociales en la infancia”, recuerda Penchaszadeh. Messina ya había dado el puntapié inicial, al desarrollar dos piezas de videoarte sobre la temática, Margarita y Poros, ambas producidas durante una residencia artística, durante 2016 en el Espacio de la Memoria y Derechos Humanos (ESMA).
Con ese punto de partida, la científica y la artista comenzaron a trabajar juntas para llevar sus preguntas hacia obras de arte, con el objetivo de investigar, problematizar y hacer llegar sus inquietudes compartidas en formatos diferentes los papers científicos. Comenzaron con una serie de entrevistas audiovisuales a referentes afro en Argentina, poniendo en primer plano los procesos de subjetivación política en torno al racismo, la invisibilización y la hipervisibilización y la discriminación. Esa etapa se plasmó en el documental Yo afro: reflexiones urgentes sobre el racismo en Argentina. A partir de ese trabajo y del aporte de los entrevistados surgió, al año siguiente, la idea de realizar un cortometraje ficcional: íntegro, integro, integró. Con un subsidio del Programa de Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y música original de Gustavo Santaolalla, esta pieza audiovisual fue estrenada en las redes sociales el último 25 de mayo, bajo el lema “Por un 25 de mayo sin racismo”, superando las 250 mil reproducciones.
Equipo interdisciplinario
“La afrodescendencia se relaciona con las migraciones africanas contemporáneas en Argentina: la hiperinvisibilización histórica del colectivo afrodescendiente en Argentina es funcional a la hipervisibilización y discriminación de las nuevas migraciones africanas y latinoamericanas de origen afro”, explica Penchaszadeh, vinculando la historia de los afrodescendientes con el presente del racismo en el país. “Si bien la pregunta por la supuesta desaparición de la población afrodescendiente en nuestro país tiene múltiples respuestas, ninguna es concluyente. Lo que sí resulta claro es que la Argentina se ha concebido así misma como una nación blanca y europea desconociendo, invisibilizando y extranjerizando a todas las personas que no se ajustan a este ideal”.
Con las piezas audiovisuales y retratos fotográficos que crearon, Penchaszadeh y Messina buscan ofrecer a los espectadores una oportunidad para revisar la forma en que se construyó el pasado, se naturalizó la exclusión y se siguen imponiendo valoraciones y expectativas en base a prejuicios basados en el color de piel. La investigadora, siguiendo las enseñanzas del líder congoleño Nengumbi Celestín Sukama, detalla que hoy en día en la Argentina pueden diferenciarse distintos colectivos afro: los argentinos descendientes de africanos esclavizados (afrodescendientes), los migrantes latinoamericanos afrodescendientes (como, por ejemplo, los haitianos y dominicanos) y los relativamente “nuevos” migrantes africanos (que, desde la década de los 90, comenzaron a llegar desde Cabo Verde, el Congo y Senegal). También remarca que las nuevas generaciones de hijos e hijas de migrantes africanos nacidos en Argentina, por el principio de derecho de suelo, conforman un nuevo colectivo de afroargentinos. Cada uno de estos grupos, dice, tiene agendas y reclamos diferenciados.
Penchaszadeh viene trabajando desde hace un tiempo en la búsqueda de una poética de la hospitalidad, porque según explica “los datos objetivos y las largas explicaciones no producen empatía. Es un límite que tenemos los científicos que trabajamos con temáticas vinculadas a la discriminación y al sufrimiento humano. El arte tiene la capacidad de conmover estratos afectivos y éticos a través de la imagen, el color y la música. Con el cortometraje íntegro… buscamos que el espectador se descubra en el prejuicio, resolviendo escenas clásicas de una manera inesperada”.
La mejor prueba de que una poética así tiene más llegada, le llegó con la respuesta que tuvieron ante el estreno del cortometraje ficcional. “Fue reproducido más de 250 mil veces –dice la científica-, y los comentarios fueron muy positivos y empáticos”. Para Penchaszadeh, “esto tiene que servir para que Argentina deconstruya las matrices coloniales aún vigentes y con ellas sus fronteras internas y externas. El paradigma de derechos humanos sobre el cual descansa nuestra democracia es totalmente incompatible con una pigmentocracia”.
El proyecto de Penchaszadeh y Messina sigue creciendo: este año ganaron nuevamente un subsidio de Mecenazgo. Para llevar adelante esta tercera etapa, que se titula Entre, lanzaron una convocatoria para retratar a personas que se sientan interpeladas por la nueva pregunta introducida en el Censo a realizarse en 2020: “¿Te reconocés como afrodescendiente o tenés antepasados negros o africanos?”. Las piezas se expondrán en un espacio de arte contemporáneo en Johannesburgo, Sudáfrica, con la visita de Messina al país en octubre de este año. “Estamos muy entusiasmadas –concluye Penchaszadeh-. La experiencia de negociar desde el vamos cada obra, cruzando distintos saberes artísticos y científicos, no solo aumentó la carga conceptual de las piezas, sino que potenció la fuerza poética de las imágenes”.