Ayer quedó inaugurada la 54ª edición de la Bienal de Venecia, donde expone en representación de Argentina el joven artista rosarino Adrián Villar Rojas, quien tuvo a su cargo durante dos meses la creación y dirección de una megaobra, El asesino de tu herencia, en la que se le dio forma a once monolitos que “son once esculturas que en realidad es la posibilidad de una misma escultura existiendo en once realidades de espacio temporales distintas”, describió el artista que se formó en la Facultad de Bellas Artes de Rosario.
Desde el miércoles pasado, cuando se abrió la muestra para los curadores y expertos, de manera unánime, éstos señalaron al trabajo de Villar Rojas “como el más imponente y original”, según agregó el curador Rodrigo Alonso, quien señaló además que “Adrián es considerado uno de los artistas argentinos más creativos de los últimos tiempos, ha despertado la atención del arte local e internacional con una enorme imaginación y un volumen de obra que no pasa inadvertido”.
En diálogo telefónico con El Ciudadano desde la bella Venecia, el joven de 31 años que nació en Zeballos y España y estudió en el Politécnico antes de dedicarse al mundo del arte, no pudo menos que expresar su alegría por la repercusión de su trabajo entre los grandes referentes del arte a nivel mundial. Todos coincidieron en apuntar el trabajo del rosarino como “de los mejores de la bienal”.
Villar Rojas comentó que “el pabellón argentino ha tenido una respuesta muy fuerte, han pasado curadores de todo el mundo, museólogos y expertos que reconocieron el trabajo, que ha gustado mucho y tuvo muy buena respuesta”.
Flema, la inspiración
Consultado sobre el origen del nombre que inspiró la obra, El asesino de tu herencia, Villar Rojas relató que de chico era fanático de la banda de punk rock Flema, del conurbano bonaerense, “y una de su canciones, La sangre de tu hermana, decía esta frase y me había pegado, quería trabajar sobre eso”. Enseguida, sin pregunta de por medio, cuenta de qué se trata la obra: “Es una instalación, once esculturas, que abordan todo el espacio, son monolitos, piezas que parecen ruinas. Tiene una carga emocional y combativa muy fuertes. Por esta bienal pasaron tipos talentosos como Guillermo Kuitca y Jorge Macchi, y quería marcar una diferencia generacional en mi trabajo, por eso algo de la cultura joven, es como un grito de batalla. Hago monumentos porque no estoy listo para perder nada”.
La megaobra ocupa un espacio de 250 metros cuadrados, es decir, la totalidad del espacio cedido a la Argentina en la bienal. Demandó dos meses de trabajo, en los que se utilizaron dos toneladas y media de arcilla traídas de la localidad italiana de Malo, en la provincia de Vicenza.
“En realidad fue como si yo fuera un director de cine: trabajaron diez personas, un ingeniero, dos productores, un asistente de montaje, como si hubiera rodado una película. Ellos les dieron forma a El asesino de tu herencia, una instalación pensada no para mirar sino para entrar en ella”, explicó el joven y prometedor artista.
Esta semana pasaron por el lugar directivos e integrantes del comité de los museos más importantes de Nueva York, el Moma y el New Museum, además de los curadores más prestigiosos del ambiente que elogiaron el trabajo de Villar Rojas.
“Hay que cuidar a los artistas”
Sobre la visita de la presidenta Cristina Kirchner en la inauguración de la muestra, el artista rosarino consideró que “es quizás el momento más importante del arte argentino, la compra de un pabellón, que Argentina esté dentro de la Bienal… porque otras veces participaba por afuera. Es un avance. Es muy positivo que estuviera la presidenta, la Argentina tiene una cantidad de artistas excelentes pero no hay un verdadero cuidado, no hay una prolija política cultural en el país. Me parece que hay que cuidar mucho más a los artistas y es algo que en Argentina no siempre se hace. Tal vez ahora se está tratando de entender que hay que hacerlo y el éxito en el pabellón lo demuestra”.
En la agenda de Villar Rojas para este año hay otro punto importante: levantar la segunda parte de El asesino de tu herencia en el Jardín de las Tullerías, en pleno París. Luego participará en la Bienal de Estambul, una Trienal en el New Museum de Nueva York y una muestra en San Pablo. Claro que ya viene de mostrar su arte por Suiza, Francia, Inglaterra, Alemania, Brasil, Colombia, México, Ecuador, Puerto Rico y los Estados Unidos.
Volviendo a la obra con la que deslumbra a los visitantes de la Bienal de Venecia, el rosarino sostiene que el tiempo juega un papel fundamental en la temática. “El fin de la raza humana y el fin del arte, una cuestión que en principio rondaba la producción como telón de fondo pero hoy ocupa un espacio protagónico”, aseguró.
“¿Qué harían los últimos humanos que hicieran arte en vísperas de la extinción de la raza?”, es la pregunta que se hace Villar Rojas para pensar la obra que se encuentra ubicada en el predio central de la bienal veneciana, el de los Arsenales. En esta oportunidad, la muestra italiana lleva como título “Iluminaciones”, haciéndose eco, por primera vez en décadas, del diálogo establecido entre las naciones convocadas, que para la ocasión incluye a India y Arabia Saudita, después de casi 50 años de ausencia.
Finalmente, las once monumentales esculturas del rosarino serán destruidas en una suerte de “suicidio” artístico. “Son piezas suicidas, que están siempre tramando contra su preservación”, aseguró Villar Rojas, quien realizó las estatuas enormes de arcilla y cemento específicamente para ser instaladas en la sala del pabellón veneciano con figuras apocalípticas de un posible futuro. “Las esculturas fueron pensadas para el lugar que ocupan y serán destruidas una vez terminada la bienal”, afirmó.