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Arte rosarino se instala en China

Por Luciana Sosa.- Emiliano Sacco presentará una megaobra plástica de bronce, integrante de su serie “Parte del Agua”, en el parque escultórico de Tongling, que la adquirió. El joven está sorprendido por este reconocimiento internacional a su trabajo.


El arte rosarino tendrá su megaescultura en un parque de China. Emiliano Sacco pertenece a una familia de artesanos y sus obras están emplazadas en distintos parques del mundo. En esta oportunidad, una monumental creación suya de bronce se presentará en el parque escultórico International Copper Sculpture Exhibition, en la ciudad china de Tongling. El joven asegura que muchos de sus trabajos están a punto de venderse en Europa, pero las transacciones se complican “a la hora de declarar el dinero en una cuenta europea, por el freno (cambiario)”. Y en tren de quejas, lamentó que las galerías de arte argentinas no trabajen “promoviendo el arte, en la compra y venta de producciones, sino que dejan el mercado en un ámbito elitista que aleja al artista de la gente”.

—¿Cómo es la obra en China?

—Es de la serie “Parte del Agua”, donde tomo al agua como elemento natural, la obra escultórica en sí solo es una excusa para encontrar un espacio básico y que ésta se complete con el paisaje del lugar. Medirá 400 centímetros de largo, 370 de alto y 100 de ancho.

—¿Venís de familia de artistas?

—Los cuatro somos artistas, el punto en común es la escultura, que es la herencia familiar, la que nos convierte a mi hermana Sole y a mí en la quinta generación de escultores en mármol. Pero la experimentación, y el mercado, nos llevó a otros materiales. Mi papá Sergio sigue arraigado al mármol, pero en nuestro taller se trabaja todo. Tenemos una idea muy clara: diseñamos las obras y luego vemos el material que piden para existir. Mi mamá Nora está ligada al arte por la cerámica, desarrolla obras con técnicas tradicionales, pero de impronta modernista. Tenemos un proyecto que está próximo a concretarse, la Galería y Atelier de Arte, donde queremos además a dictar talleres.

—¿Cuánto tiempo llevás dedicándote al arte?

—Profesionalmente, unos 10 años, pero no tengo recuerdos que no estén ligados con el arte. Siempre, paralelamente a lo que estuviera haciendo, me dediqué a la plástica. Y mi decisión de abocarme de lleno a esto fue por un momento bastante complejo: en mi familia sufrimos un golpe económico fuerte y nos refugiamos en el arte, que era un hobby y se convirtió en nuestra forma de vida.

—¿En qué otros lugares montaste obras monumentales?

—Tengo ocho obras públicas monumentales, pero algunas son las que marcaron mi carrera. Una se llama “Ventana” (piedra), que está en el parque de Castlefield, declarado patrimonio de la humanidad, en Ellesmere, Reino Unido. También está “Parte del Agua” (calcáreo), emplazada sobre el lago de Río Grade, en Arrimal, Portugal. Y están las obras más cercanas, como “Fuente, Homenaje a la Vida”, mi primera de carácter público realizada junto a mi papá y mi hermana, en la plaza de Roldá­­­n. Y “Puerto del Agua” (mármol y acero inoxidable) en el ingreso del centro cultural Osde.

—¿Qué significa este reconocimiento en China?

—Todavía no tomé conciencia. Trabajo mucho y muy duro, sin buscar el reconocimiento, pero cuando sucede, uno se sorprende y no deja de pensar en todo lo que hizo para que pase. Es difícil de explicar, pero el artista intenta transmitir por medio de su obra, y si un parque escultórico de esta magnitud decide adquirirla, es porque lo que uno quiso expresar se comprende.

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