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Artigas, el club sin damas

Por Leandro Rosati.- La institución de zona norte sufrió una mudanza y luego se fusionó con Social Arroyito. Ahora el casín es el deporte principal. A punto de cumplir 73 años, vive por sus socios, todos hombres.


A punto de cumplir 73 años, el club Artigas inició sus actividades como club de fútbol, luego incorporó las bochas y años más tarde participó en los campeonatos de básquet. Sin embargo, en un momento estuvo a punto de quedarse sin asociados hasta que realizó una fusión con el club Social Arroyito, pero al poco tiempo volvió a perder el número de socios. En la actualidad el casín es la principal actividad que se desarrolla. Además, posee una particularidad: no tiene socias mujeres y el buffet es el punto de encuentro, donde cada tarde se junta los asociados a tomar unos tragos.

La institución se fundó en la zona norte el 11 de diciembre de 1939 cuando un grupo de amigos del barrio tomó la iniciativa de formar un club. La primera sede estuvo ubicada en boulevard Rondeau y Artigas. Los terrenos del predio eran prestados y en la zona predominaban las quintas y los terrenos baldíos.

La primera actividad deportiva que se practicó fue el fútbol. El club no tenía cancha propia y alquilaba diferentes campos para representar al club. Mientras que en la sede principal se construyeron dos canchas de bochas y con el tiempo la institución se afilió a la Asociación Rosarina de Bochas. Durante varios años, ambas disciplinas fueron el eje principal del club.

El año 1958 fue clave en la vida del club porque se mudó dos cuadras y se ubicó en la calle Artigas 564 (entre Agrelo y J. C. Paz). La mudanza se debió a que un grupo de socios del club compró terrenos en un loteo y se lo donaron a la institución. De esta manera, Artigas pasó a tener techo propio. En ese predio se volvieron a construir dos canchas de bochas techadas y también se agregó como disciplina deportiva el  básquet. El equipo formó parte de la Asociación Rosarina de Básquet y participó en primera división.

Con el correr de los años, el club perdió asociados y la actividad deportiva desapareció. Durante muchos años sufrió la ausencia de socios hasta que en 1992 se fusionó con el Social Arroyito, una institución que era de los comerciantes de zona norte que tenía un gran caudal de socios y dinero pero que no tenía una sede social. En sus comienzos le solicitaban el salón al club Artigas hasta que se logró la unión de ambos. Con el dinero que aportó el club entrante, se construyó la sede, se sacó la cancha de bochas y se hizo un salón grande para todas las actividades de personas mayores. Luego se perdió la cantidad de socios y nunca más se realizó actividad deportiva.

En 2003 se produjo otro hecho significativo para el club. Un grupo de personas que jugaba al casín en club Náutico Avellaneda dejó esa institución y la práctica de ese deporte se empezó a realizar en Artigas. En sus comienzos había dos mesas y con el correr de los años se compraron cuatro más. Así, el club se convirtió en el más representativo de la ciudad y está afiliado a Aprosavi, la asociación de Rosario. También periódicamente se realizan torneos nacionales y provinciales. Además, cada vez que hay competencia, los sábados a la noche, se realiza un tercer tiempo donde se comparte una comida con la gente que llega de otros lugares.

Además, el club Artigas tiene una particularidad: no tiene mujeres entre sus asociados. En la actualidad son 120 personas que se dividen en dos categorías: socios y jubilados.

Por último, la institución de zona norte cada fin de año realiza una cena entre sus socios para celebrar el final del año y un nuevo aniversario del club.

Una vida con la institución

Una vida dedicada al deporte y a los clubes. El empresario rosarino Alberto Ombrella llegó al club hace cuarenta años  y todos los días lo frecuenta. Además, en la última  década se dedicó a la dirigencia y hace seis años es el presidente.

“Llegué al club hace cuarenta años, cuando compré la propiedad en la misma cuadra. Así, me empecé a involucrar en el club”, explicó Ombrella sobre sus comienzos en la institución de zona norte.

“Nosotros tratamos de sumar varios deportes pero nunca tuvimos éxitos porque en la zona norte había varios clubes. Hoy están todas las cuentas al día y subsistimos porque tenemos alquilada una parte a la Asociación de Hipódromos”.

Por último, habló sobre el escaso apoyo que tiene la institución de los gobiernos provinciales y municipales. “Queríamos pedir un crédito para techar el salón grande y nadie nos brindó una respuesta. Si no hay ayuda municipal, es imposible que los clubes puedan juntar dinero para hacer megaobras”, concluyó.

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