El presidente Bashar al Asad prometió recientemente que su deseo es “vivir y morir” en Siria, pero de acuerdo a versiones extraoficiales, su gobierno habría activado los hilos diplomáticos en América Latina para estudiar un asilo en la región para él, familiares y círculo íntimo. En momentos en que recrudecen los combates en todo el país y un desenlace del conflicto no se advierte en un horizonte cercano, los diarios Haaretz (Israel) y The Guardian (Reino Unido) revelaron que los países consultados fueron Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.
“No soy un títere, no soy producto de Occidente para irme a Occidente o a cualquier otro país”, dijo Al Asad, de 47 años a principios de noviembre una cadena de televisión rusa. Sin embargo, el presidente ha visto en las últimas dos semanas cómo se ha agravado la situación en el país, con los rebeldes tomando puntos estratégicos y la Otán advirtiendo sobre una posible intervención.
De acuerdo con la prensa, el viceministro de relaciones exteriores sirio, Faisal al Miqdad, realizó la semana pasada un viaje a La Habana y Quito y llevó consigo una serie de cartas redactadas por el puño de Asad, dirigidas a los presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Raúl Castro. Si bien voceros del Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano confirmaron haber recibido los textos, no aclararon su contenido. Sólo indicaron que la visita de al-Miqdad fue una muestra de “la estrecha relación entre ambos estados”. Desde que comenzaron los enfrentamientos en Siria, Chávez no ha titubeado en respaldar abiertamente a Al Asad, incluso con el envío de combustible para alimentar a los aviones y tanques del Ejército del régimen.
Según el analista venezolano Martín Vargas, en caso de que esta situación llegase a buen puerto sería muy nocivo para la región. “Está claro que en esas instancias la posibilidad de que un dictador de esa envergadura, acusado por crímenes de guerra, con sangre en sus manos, pise cualquier país latinoamericano sería contraproducente”, sostuvo a El Ciudadano. “Podrían incluso haber represalias de la comunidad internacional”, advirtió el politólogo. Y aseveró: “Trasladaría el conflicto de continente”.
Al respecto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, insinuó estar en contra de esa posibilidad: “Todo aquel que comete una violación grave contra los derechos humanos debe ser considerado responsable y debe ser llevado ante la justicia. Este es un principio fundamental”.
Por su parte, Estados Unidos afirmó estar al tanto de lo que ocurre. “Sabemos que algunos países, tanto en la región como en otras partes, han ofrecido albergar a Asad y su familia si decide abandonar Siria”, dijo el vocero del Departamento de Estado, Mark Toner. Pese a que aclaró que “en este punto no tenemos conocimiento formal de ofrecimientos concretos”, reiteró que “sabemos que se han hecho algunos ofrecimientos, como dije, informales”.
