Una distribuidora de diarios y revistas del grupo La Nación fue blanco de un robo a mano armada que dejó en estado de pánico a una de las víctimas, quien sufrió un culatazo en la cabeza, pese a haber entregado a los ladrones un jugoso botín que rondaba los 100.000 pesos. El atraco ocurrió alrededor de las 9 de ayer en el barrio Pichincha y según la Policía no duró más de cinco minutos. Pero el tiempo pareció detenerse para Esteban T., un empleado de 36 años que fue tratado con violencia y quedó en estado de shock cuando ya había pasado el peligro, por lo cual debió ser asistido, según refirieron voceros del caso.
Fuentes policiales informaron que, minutos después de las 9 de ayer, dos sujetos armados que se presume descendieron de una motocicleta ingresaron con fines de robo al local de Brown 2622, donde funciona una distribuidora del diario La Nación.
Jóvenes y violentos
Una vez dentro del local, los asaltantes redujeron a empleados y clientes e incluso golpearon con un arma a uno de los encargados, quien también fue amenazado de muerte. Voceros del caso dijeron que los ladrones “parecían tener conocimiento del lugar donde estaba el dinero”, y en pocos minutos dieron con una suma que rondaba los 100.000 pesos, aunque al cierre de esta edición las fuentes consultadas no habían podido precisar el monto denunciado en el acta policial.
De acuerdo con trascendidos de la causa, el robo fue perpetrado por dos jóvenes que actuaron con mucha violencia y a cara descubierta. Voceros del caso informaron que los investigadores policiales y los fiscales presumen que los muchachos se movilizaban en una motocicleta que dejaron estacionada en la puerta de calle Brown 2622, aunque no trascendieron datos sobre la cilindrada ni el color.
El hecho ocurrió en jurisdicción de la seccional 7ª y la investigación recayó en la Unidad Fiscal del nuevo Ministerio Público de la Acusación, previsto por el nuevo sistema procesal penal, que entró en vigor el pasado 10 de febrero. En la tarde de ayer, la Policía intentaba cumplir con algunas medidas judiciales del fiscal de flagrancia en turno, como la búsqueda de testigos para intentar determinar el rodado en el que se desplazaban los asaltantes.
“Buscamos testigos, porque a esa hora y en esa zona hay mucho tráfico, pero fue todo tan rápido que hay mucha gente que no se dio cuenta. También hay hermetismo a la hora de hablar”, confió un vocero del caso, quien agregó que el hombre herido de un culatazo en la cabeza “quedó muy nervioso y algo perdido”.