“El policía tocó tres veces el timbre. Con mi mujer estábamos en el dormitorio, acostados en el piso boca abajo. El ladrón abrió la puerta de la cochera y le dijo: «señor, no pasa nada, soy el hijo de la señora», y un vecino le gritó: «¡No! Éste es un choro», y lo agarró. Al otro lo detuvieron casi a mitad de cuadra cuando se bajaba de un techo. Le había pegado un culatazo en la cabeza al policía que lo corría y también le gatilló dos veces”. Así resumió Donato, un vecino de barrio Matheu de 61 años, el asalto que sufrió el viernes pasado a la noche en el interior de su vivienda. El ladrón que intentó pasar por hijo del dueño de casa debió ser asistido en un centro de salud luego de que entre varios vecinos le propinaran golpes de puño. Los pesquisas recuperaron los 14 mil pesos, alhajas y otro objetos de valor sustraídos a la familia, como también secuestraron un revólver calibre 38 que llevaba uno de los ladrones. Además, incautaron un Fiat Siena robado en el que se movilizaban los intrusos.
“Esto pasó el viernes a las 22.30 y todo duró más o menos 20 minutos. Llegamos en el auto, mi esposa abrió el portón y se me metieron dos individuos en mi casa. Nos llevaron al dormitorio, nos hicieron tirar en el piso boca abajo y me pedían los dólares”, contó ayer Donato a El Ciudadano.
El hombre, de 61 años, reconoció que como los asaltantes –uno de ellos estaba armado y el otro manejaba un handy– no estaban drogados estuvo tranquilo. “A pesar del mal momento, porque la agarraron del cuello a mi esposa y le pusieron el arma en la cabeza, les expliqué que no tenía plata. Que mis ahorros los había invertido en el auto, un Volkswagen Vento, y que todavía debía cuotas”, continuó.
La víctima describió que lo llevaron hasta una caja fuerte adonde tenía un par de gemelos de oro y un reloj que entregó a los ladrones, quienes también cargaron en un bolso una notebook en la que Donato tenía todo el diagrama y la música para el programa de radio que tiene con amigos los fines de semana en una AM. Los asaltantes también sumaron al botín celulares, anillos y 14 mil pesos.
Según contó Donato, vecinos del barrio vieron cuando los ladrones ingresaban a la vivienda, por lo que avisaron a la Policía. “Tocaron el timbre tres veces. A nosotros nos dejaron en el dormitorio, acostados en el piso boca abajo. El que estaba armado nos vigilaba y el otro atendió por el portón. Escuchamos que le decía al policía: «Señor, no pasa nada, soy el hijo de la señora». También alcanzamos a sentir el grito de un vecino que decía: «¡No! Éste es un choro». Ahí el policía lo agarró. El que tenía el arma se fue por los techos y a mitad de cuadra lo detuvo uno de los chicos del Comando que terminó con la cabeza llena de sangre porque le pegó un culatazo. También le gatilló dos veces, pero las balas no salieron. Después, afuera se armó un despelote bárbaro”, describió el propietario de la vivienda.
Los pesquisas indicaron que el “despelote” al que hacía referencia la víctima comenzó cuando el ladrón que estaba en el garaje, identificado como Marcelo L., de 29 años, fue detenido. El dueño de casa aprovechó que el cómplice intentó huir del lugar para llegar hasta el apresado y propinarle golpes de puño con ayuda de algunos vecinos de la cuadra. Por su parte, el asaltante que intentó escapar por los techos, identificado como Iván Darío M, de 28 años, llegó hasta mitad de cuadra y fue atrapado cuando bajaba de los techos tras haber golpeado con el revólver y gatillarle sin éxito a uno de los policías. Los uniformados le secuestraron parte del botín y un revólver calibre 38 que tenía entre sus ropas.
De acuerdo con la investigación, el agente lastimado recibió curaciones en el sanatorio Laprida, mientras que el ladrón golpeado, de 29 años, fue trasladado hasta el Hospital Roque Sáenz Peña adonde le diagnosticaron que las lesiones no revestían gravedad y fue dado de alta.
A su vez, los pesquisas detallaron que en el lugar se incautó un Fiat Siena, el cual registra un pedido de secuestro desde el 8 de febrero pasado por sustracción en jurisdicción de la seccional 15ª. Era el auto en el que se movilizaban los detenidos.