Tres paquetes de chizitos, uno de galletitas Sonrisas, cuatro de Tody, uno de Ópera, chicles y dos botellas de fernet. Ese botín y la caja registradora fue lo que tres ladrones armados y menores de edad se llevaron de una panadería de República de la Sexta. Pero uno de los dueños del local, que es policía, arremetió a balazos contra los asaltantes logrando espantarlos. Y según la pesquisa, después los persiguió y mató a uno de ellos con dos disparos e hirió al segundo. Sólo una adolescente resultó ilesa y según los pesquisas está embarazada. El autor de los disparos quedó en libertad ya que los testigos contaron a los fiscales que los ladrones estaban armados.
La Menorquina es una empresa familiar que está ubicada a mitad de cuadra de La Paz al 100. En el frente del lugar hay un local donde se hacen las ventas minoristas y detrás funcionan las cocinas, donde producen mercadería para proveer a otras panaderías. Ayer por la mañana había diez personas trabajando. Pablo, que es policía y revista en la Brigada Aérea de la fuerza provincial, su abuela y su mamá atendían a los clientes; mientras que siete de sus empleados se dedicaban a la elaboración de los productos.
A eso de las 9 llegaron dos jóvenes y una chica en un par de motos. Ni bien entraron al local desenfundaron sus armas y redujeron a todos los presentes. Le sacaron los teléfonos celulares y le dieron un culatazo en la cabeza a Pablo, en medio de una discusión. Con las víctimas bajo control, pusieron mercadería en dos mochilas y cargaron la caja registradora en uno de los rodados en los que habían llegado –una moto Honda Wave azul–. Tenían todo listo para darse a la fuga, pero en ese momento se complicaron las cosas.
Según la versión oficial, mientras los tres ladrones se preparaban para huir, Pablo se identificó como policía y les dio la voz de alto. Hasta ayer a la noche los investigadores no tenían claro si alguno de los asaltantes intentó dispararle, o si simplemente no cumplieron con su orden, pero el uniformado les gatilló cuatro proyectiles en la puerta de La Menorquina. Allí Juan Manuel, de 17 años, recibió un tiro en la pierna.
El trío, en medio de los plomos que le zumbaban las orejas, se subió a la Wave y comenzó su fuga, dejando una scooter color negra abandonada.
Arrancaron por La Paz en contramano, es decir con dirección oeste. Cincuenta metros más adelante, en la intersección con Colón, tiraron la caja registradora para aminorar peso e hicieron otros 100 metros. En la esquina de Ayacucho volvieron a girar en contramano, de norte a sur y allí se toparon de nuevo por Pablo, que los venía siguiendo a pie.
A mitad de cuadra de Ayacucho al 2300, entre La Paz y Viamonte, David Nahuel Jatón, de 17 años, fue alcanzado por dos plomos: uno se le incrustó en el abdomen y el otro en la ingle. Allí fueron reducidos los tres.
Los dos baleados fueron trasladados al Heca y Sandra, una adolescente de 16 años que está embarazada de un mes, fue alojada en la seccional 4º de barrio República de la Sexta, donde también quedó demorado Pablo, el panadero policía.
Minutos después de ser ingresado en el hospital de Pellegrini al 4200 David Nahuel Jatón falleció.
Si bien el policía quedó un par de horas demorado, desde la Fiscalía decidieron liberarlo ya que según evaluaron los ladrones estaban armados y los testimonios de los testigos lo beneficiaban. E informaron que está citado a declarar en Fiscalía la próxima semana. Investiga el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte, con la colaboración de la división Judiciales de la UR II.
El botín
En el lugar donde fue abatido Jatón, los uniformados que intervinieron en el caso revisaron las pertenencias de los ladrones. En dos mochilas los policías encontraron un par de armas de fuego, dos cuadernos espiralados, resaltadores, dos cuchillos, 3 paquetes de chizitos, uno de galletitas Sonrisas, dos de galletitas dulces de salvado, cuatro de Toddy, un paquete de obleas Ópera y dos botellas de fernet.
Otro robo mortal
En agosto del año pasado David Jatón fue noticia. Huía con otros ladrones de la policía que en una cinematográfica persecución cruzó la ciudad de oeste a este. En ese hecho un ladrón terminó asesinado por policías, tras un asalto a una casa de comidas del barrio Emaús. Los asaltantes robaron en una despensa y se fugaron en un auto, que tenía pedido de captura. Pero mientras huían fueron identificados por personal de Comando Radioeléctrico, dando pie a una impresionante carrera que culminó en barrio Tablada, donde uno de los fugitivos, en principio el conductor del auto, cayó muerto. A su vez, fueron arrestados dos hombres y Jatón. Pero el par de detenidos mayores no tenía nada que ver con el robo.