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Asalto y tiroteo: arranca juicio contra «la banda de los cowboys»

En febrero pasado robaron una joyería en la zona de los tribunales porteños con sombreros de vaqueros. El golpe terminó con una feroz balacera entre asaltantes y policías. Más de 60 tiros dejaron a una jueza, un empleado judicial y un ladrón baleados. Este lunes comienzan a ser juzgados

Dos hombres serán sometidos a juicio desde este lunes acusados de integrar la «Banda de los Cowboys», que en febrero de 2018 asaltó una joyería en la zona de los tribunales porteños y se enfrentó con la policía en tres tiroteos, en los que hubo 60 disparos y terminaron baleados una jueza, un empleado judicial y uno de los ladrones.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el debate comenzará a las 9.30 en el edificio de la calle Paraguay 1536 y ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26, presidido por la jueza Marta Yungano e integrado por sus colegas Carlos Rengel Mirat y Javier de la Fuente.

Los imputados son Carlos Alberto Antequera, de 33 años, quien resultó herido de bala y fue detenido en el lugar el día del hecho, y René Waldemar González Chávez, de 41, quien quedó preso días más tarde al ser reconocido en unos videos.

Los dos están imputados de los delitos de «robo agravado por el uso de armas de fuego, homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de un arma de fuego -dos hechos-, encubrimiento y portación ilegal de armas de guerra».

A lo vaquero

La acusación para la «Banda de los Cowboys» -bautizada así por la policía porque cometieron el asalto con sombreros de vaqueros-, estará en manos de la fiscal general Diana Goral.

De acuerdo a lo reconstruido durante la instrucción por la fiscal Cinthia Oberlander y el juez Fernando Caunedo, el 6 de febrero de 2018, a las 14, los dos imputados, junto a un tercer hombre que aún no pudo ser identificado, llegaron en una camioneta Ford EcoSport robada a la joyería «Yoni», situada en Libertad 395.

«Uno de los imputados se quedó montando guardia próximo a la camioneta, mientras que sus otros dos cómplices ingresaron al local comercial armados con armas de fuego y usando sombreros tipo ‘cowboy'», describió la fiscal en el requerimiento de elevación a juicio.

Oberlander indicó que tras aplicarle culatazos en la cabeza al hermano de la propietaria y reducirlo junto a ella y a un empleado, la banda se apoderó de «distintas joyas que estaban en exhibición en una vidriera, tres o cuatro paños con anillos de oro y 13.000 pesos que eran del empleado del negocio».

Un efectivo de la ex comisaría 3ra. (actual 1A) de la Policía de Ciudad llegó al lugar alertado por un comerciante de la zona y cuando los ladrones salieron con el botín, abrieron fuego contra el agente para subirse a la camioneta y emprender la fuga.

Al describir la persecución y los posteriores tiroteos, la fiscal relató que los delincuentes quedaron bloqueados por el tránsito en la esquina de Lavalle y Talcahuano y allí dispararon contra dos policías motorizados.

Producto de esos disparos resultaron heridos en sus piernas la jueza María Alejandra D’Agnillo (61), titular del Juzgado del Trabajo 63, y el empleado Ezequiel Eduardo Allende (28), del Juzgado Civil 9.

Los peritajes demostraron que los proyectiles «fueron disparados por los imputados y no por los policías que entonces los perseguían» ya que la jueza y el empleado quedaron «en la línea de fuego» de los ladrones, aclaró la fiscalía.

En Corrientes y Paraná, Antequera -identificado como quien actuó de chofer y campana en el asalto a la joyería-, disparó otra vez contra los agentes y robó a punta de pistola una camioneta Peugeot Partner con la intención de continuar la huida, pero resultó herido de bala, chocó contra unos contenedores de basura y terminó detenido.

En su poder se incautaron dos pistolas 9 milímetros, una Glock y una Bersa Thunder.

Uno de los hombres que entró a la joyería –junto al que aún permanece prófugo- aprovechó el caos e ingresó al edificio de la Procuración General de la Ciudad de Buenos Aires, ubicada en la calle Uruguay al 400.

Según describe la fiscal, allí «subió hasta el cuarto piso, se cambió de ropa y dejó abandonados un pantalón ensangrentado, un cuchillo y dos cargadores de pistola, para perderse en la multitud».

En base al análisis de las imágenes de varias cámaras de seguridad de la zona y su cotejo con las fotos subidas al perfil de Facebook del ya detenido Antequera, se pudo individualizar a González Chávez como uno de los prófugos.

Este segundo imputado había participado el 23 de enero -y también junto a Antequera- del asalto a una pinturería del partido bonaerense de Hurlingham, en cuya causa quedó detenido dos días después del robo en tribunales.

La clave por la cual fue identificado fue la renguera que padece y quedó registrada tanto en los videos que se analizaron por el tiroteo de Tribunales, como en los del asalto en la pinturería.

 

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