Por Arlen Buchara y Lucía Demarchi
Una de las actividades más importantes del 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias fue la asamblea y mesa de Abya Yala, nombre originario de América del Sur. Fue en la Plaza San Martín de 12 a 15 y estuvo centrada en el debate más importante de esta edición del evento: la identidad de Plurinacional y Disidente. Por el micrófono de la glorieta de la plaza pasaron mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries de Argentina, Guatemala, Ecuador, Colombia, Honduras, Brasil, Bolivia y hasta Kurdistan. Todas y todes contaron las luchas que encabezan en cada uno de sus territorios y pusieron el foco en la construcción de poder feminista.
“El Encuentro fue, es y será Plurinacional y Disidente”, resumieron las oradoras en cada exposición como forma de dar por cerrado un debate al que parte de la Comisión Organizadora de esta edición se opone y no le da lugar.
ENCUENTRO PLURINACIONAL
El Encuentro Nacional de Mujeres está ante la posibilidad de cambiar el nombre a Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries
Cámara y edición: @caripasse
Cobertura periodística: @luudemarchi y @arlenbuchara pic.twitter.com/oOaykAvpSg— El Ciudadano (@elciudadanoweb) October 14, 2019
Es que el Encuentro de este año está atravesado por un debate clave: por primera vez en 34 años el hasta ahora llamado Encuentro Nacional de Mujeres están ante la posibilidad de cambiar el nombre a Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. El cambio todavía no es oficial pero sí lo es para la mayoría de las y les participantes. En cada rincón del Encuentro se escuchaba el grito de “plurinacional y disidente”.
La discusión sobre la identidad busca construir un feminismo inclusivo, antirracista, anticolonial que reúna a todas las identidades que participan y no sólo a mujeres. La condición de Plurinacional recoge la propuesta que desde hace dos encuentros impulsan gran parte de las organizaciones que participan del evento y responde al reclamo de las mujeres de las naciones originarias.
La Mesa de Abya Yala convocó a miles de mujeres y disidencias que apoyaron con cánticos y llantos el cambio de nombre. La representación de todos los país demostró una vez más que el feminismo es un movimiento global y que desde el sur del mundo se construye una identidad popular y latinoamericana que busca cambiarlo todo.