En cualquier categoría de ascenso todos luchan por dar el gran salto y subir un peldaño para prestigiar al club. Muy pocos son los que al final de la temporada pueden decir “objetivo cumplido”.
Este año Provincial logró lo que nunca pudo hacer desde su reafiliación a la liga rosarina en 2001: ascender al Molinas. El Hincha reunió al plantel y al cuerpo técnico para seguir festejando el logro obtenido.
Los padres de la criatura fueron Ariel Santoro y Gustavo Falaschi, quienes trasladaron todas sus vivencias como jugadores profesionales y como técnicos de Central para que el Rojo obtenga el merecido ascenso.
“Era uno de los principales objetivos, pero no pensábamos que se iba a dar este año. Ariel encontró rápido el equipo”, dijo Falaschi.
“Es un grupo de amigos, que tenían ganas de jugar al Molinas. Antes peleábamos para que los chicos jueguen en Primera y ahora peleamos por la gloria del club”, manifestó Santoro, quien durante ocho años dirigió inferiores en Central.
Tanto Falaschi como Santoro tuvieron que negociar con aquellos jugadores que juegan en el interno del club. “Nos tuvimos que adaptar a que los chicos un día o dos antes jugaban en el interno. Una situación que no fue común, que fue chocante y que fue motivo de algún que otro cortocircuito. Por suerte en las últimas fechas el tema se fue afinando, dejaron de lado el interno y dieron todo por el Unificado”, expresó Falaschi.
La experiencia de Santoro con Central, tanto como jugador y como técnico de inferiores, fue una tranquilidad a la hora de encarar el torneo.
“Estuve 8 años en Central. Arranqué en el Baby, pasé por décima y predécima, estuve cuatro años en la octava junto al Cuis Daniele y Walter Gazzitano y siempre estuve en Rosarina. Así que uno sabía con lo que se encontraba, incluso también me sirvió cuando jugué el Molinas en 1987 con Central”, expresó el ex delantero canalla. Y agregó: “Creo que di un paso adelante porque me permitió trabajar con jugadores de Primera y cuarta por primera vez. Siempre le voy a gradecer a Pipo (Falaschi) que me tuvo en cuenta para venir acá y en siete meses pudimos hacer que este club juegue en el Molinas”.
Falaschi destacó el apoyo del público en la última fecha. “Cuando jugamos con Morning pude ver como nunca el potencial que tiene Provincial en el fútbol. Desde los niños de 8 o 10 años hasta los abuelos de los jugadores mirando la Primera. Cerca de 800 personas que nos emocionó mucho”, adujo Pipo.
Santoro también se refirió al respeto mutuo que existió entre ellos y los jugadores.
“Con Gustavo fuimos claritos desde un principio. Sabíamos el tema de los mayores y hablamos con ellos y les dijimos que los necesitábamos a todos. Ellos fueron los que acomodaron al grupo. Leo Ottoño, Martín Imperiali y Seba Vergara fueron los referentes del equipo”.
Por último y casi a dúo manifestaron el posible futuro. “La idea es seguir, pero primero tenemos la cabeza en la permanencia de las inferiores. Después de eso nos sentaremos a hablar de lo que viene”.