Las autoridades elevaron hoy a 407 el número de muertos como consecuencia del terremoto registrado el domingo en la provincia de Yunan, al sudoeste de China.
Asimismo, indicaron que los heridos son cerca de dos mil, informó el canal estatal CCTV y reprodujo la agencia de noticias DPA.
Los rescatistas continuaban con la búsqueda de víctimas, aunque los desprendimientos de tierra posteriores al grave terremoto así como las lluvias que persisten en la región afectada complican las tareas y la llegada de medicinas y ayuda humanitaria.
Con vehículos especiales limpiaban además las calles de escombros para poder llegar a los pueblos ubicados alrededor del epicentro y que quedaron aislados por el sismo.
Las telecomunicaciones y el transporte son los problemas más urgentes por resolver en la zona, según consigna la agencia EFE, citando a las autoridades locales.
«El transporte está totalmente cortado. No tenemos más comida, cada vecino tiene sólo una papa», señaló el jefe de un poblado ubicado en el condado de Ludian.
Los equipos de médicos se quejaron de la falta de provisiones para atender a los heridos en los hospitales de campaña instalados en la zona afectada y trasladar a mejores centros a algunos de ellos que necesitan operaciones urgentes.
El primer ministro, Li Keqiang, instó a los equipos «que no cesen la búsqueda de sobrevivientes y desaparecidos» al llegar ayer al lugar donde se registró el epicentro del terremoto, tras caminar 5 kilómetros.
Según las autoridades meteorológicas, se esperan lluvias torrenciales para los próximos días que pueden causar mayores desprendimientos de tierra y dificultar aún más el trabajo en la zona.
Expertos geológicos también advirtieron sobre la posibilidad de fuertes réplicas.
El terremoto, de magnitud 6,5 en la escala de Richter, se produjo en la tarde del domingo y fue el peor en Yunan desde hace 14 años.