Nahed Hattar, un reconocido escritor y columnista jordano que iba a ser juzgado por compartir en las redes sociales una caricatura considerada ofensiva para el Islam, fue asesinado de tres disparos en la cabeza este domingo, en la puerta del tribunal donde debía comparecer, en la ciudad capitalina de Amán.
Hattar, de 56 años, era un activista de izquierda refractario al integrismo islámico y había mostrado su apoyo al régimen del presidente sirio Bachar el Asad en la guerra civil del país vecino en columnas de opinión publicadas en la prensa jordana. Fue detenido el 13 de agosto, acusado de “incitación al odio confesional” y de “insulto a la religión” por la fiscalía, después de haber publicado en su cuenta de Facebook una viñeta titulada “El Dios de Daesh”, el acrónimo en árabe del Estado Islámico, o Isis, que fue considerada atentatoria contra los valores del Islam, según informa el diario español El País.
La caricatura –de autoría anónima–, de nombre “El Dios del Daesh”, muestra un militante del Estado Islámico en el paraíso, junto a dos mujeres en una cama, pidiéndole vino a Alá, entre otros favores.
Hattar había sido liberado bajo fianza a principios de septiembre. El escritor había insistido en que su intención no era ofender al Islám, sino exponer cómo el Estado Islámico “concibe a dios y al paraíso”.
De acuerdo con la agencia de noticias jordana Petra, un hombre fue arrestado en la escena del crimen. Tras el asesinato, el portavoz del Gobierno jordano, Mohamed Momani, aseguró en un comunicado que el autor de este “crimen horrible” será duramente castigado.
Saad Hattar, un primo de la víctima, dijo: “Nahed estaba acompañado de dos de sus hermanos y un amigo cuando le dispararon. Los hermanos y el amigo persiguieron al asesino y lo atraparon para entregarlo a la policía”.
También contó que la familia de la víctima considera al primer ministro Hani al-Mulki responsable de la muerte de Hattar. “El primer ministro fue el primero que instigó a la violencia contra Nahed, cuando ordenó el arresto y lo imputó por difundir la viñeta; y eso fue lo que suscitó que la gente se pusiera en su contra y llevó a su muerte.