Un carrero de 37 años fue asesinado con crueldad y delante de su familia en un asentamiento precario ubicado en Avellaneda al 4400, en la zona sudoeste de la ciudad, donde hacía poco se había mudado su hijo mayor junto a su esposa y su bebé. La violencia se desató en la tarde del sábado cuando Capa, como le decían a Marcelo Eduardo Benavides, preparaba el fuego para hacer un asado. En esos momentos, un vecino que discutía a los golpes con su mujer agredió físicamente al hijo de 11 años de Benavides porque miraba la escena, relataron allegados a la víctima. La situación generó un cruce de palabras que terminó en una batalla campal en la que el carrero se llevó la peor parte. Recibió tres puñaladas mortales y fue quemado con las brasas que él mismo había hecho. Murió dentro de la casilla de su hijo mientras un numeroso grupo de vecinos tiraba piedras e intentaba entrar. Ayer, mientras velaban su cuerpo a sólo cuatro cuadras del lugar, su esposa dijo estar desesperada porque amenazaron a toda su familia, en tanto su hijo, nuera y nieto fueron desalojados de su domicilio sin poder retirar las pertenencias más básicas. La Policía detuvo al presunto agresor, que según varios testimonios cobraba “impuestos” a los moradores de la villa de emergencias.
Hace cinco meses, Luis, de 18 años e hijo mayor del hombre asesinado, se mudó con su mujer Isabel, de 19, al asentamiento de Avellaneda al 4400 junto a su pequeño hijo de un año y tres meses. Según relató a El Ciudadano durante el velorio de su padre, el vecino que los atacó se cree el dueño del barrio y les cobra dinero a los vecinos que viven allí. En ese sentido, su mujer dijo que hace dos días le había pedido 300 pesos o les cortaba la luz y les advirtió que no quería “juntadas” en el barrio. Por eso, el asado que pensaban comer en familia la tarde del sábado irritó al hombre, al que también acusan de querer quedarse con su casilla.
De acuerdo a ese relato, uno de los hijos del carrero, de 11 años, fue agredido físicamente por el imputado, que discutía a los golpes con su mujer. “Le gritó al nene «qué mirás» y le pegó un palazo. Su papá se metió, como haría cualquier padre. Y ahí empezó la pesadilla”, contó Claudia, de 35 años y viuda del carrero, con el que hacía 20 años estaba casada y tenían seis hijos de entre 3 y 18 años.
“Dijo que nos iba a matar a todos. Que donde nos vea ir por allá nos mata a uno por uno. Que me va a matar a mi hijo de 11 años, al que golpeó. Mi nuera pudo salir con el bebé en pañales. La corrieron dos mujeres, la Flaca y Peque. No tiene ropa, ni documentos, ni la tarjeta de cobro”, prosiguió Claudia mientras velaba a su esposo en su casa de Avellaneda al 4800.
“Fue una pesadilla, porque se metieron más de 20 vecinos. Dijeron que iban a prender fuego la casilla y tiraron brasas adentro. Mi marido estaba herido en la cama y se le prendió fuego la pierna. Nosotros sosteníamos la puerta para que no entren mientras empujaban y tiraban ladrillos, palos, hasta fierros. La Policía tardó más de una hora y Marcelo murió antes de llegar al hospital, donde volvimos a sufrir amenazas”, concluyó.
Fuentes judiciales informaron que el detenido fue identificado como Esteban Ariel M., de 36 años, quien será sometido a audiencia imputativa en la mañana de hoy en los Tribunales provinciales por el fiscal de homicidios dolosos a cargo de la investigación, Ademar Bianchini.