En un pasillo ubicado en Lamadrid al 100 bis, Rubén Fernández, de 55 años, yacía muerto de un balazo. Una multitud de vecinos y familiares custodiaba el cuerpo y exigía la detención del asesino, que estaba identificado. Sin embargo, al cierre de esta edición todavía no había sido ubicado.
“Hagan algo loco, nos van a matar a todos”, gritaban algunos vecinos en la puerta del pasillo donde anoche se encontraba el cuerpo de Fernández. “Qué quieren, que los vayamos a buscar nosotros”, se escuchaba entre el grupo que esperaba que retiraran el cuerpo del lugar.
Los pocos datos que brindó la Policía daban cuenta de una pelea. “Hubo una pelea anterior con un vecino. Y hoy, Fernández venía caminando hacia un quiosco a comprar una gaseosa y se toparon otra vez”, detalló un investigador.
“Primero se tomaron a golpes de puño, pero después uno agarró un machete”, sostuvo el pesquisa. Y contó que después el agresor fue a buscar un arma de fuego y le tiró, pero no dio detalles sobre cuántos disparos terminaron con la vida de Fernández.
El homicidio ocurrió a sólo dos cuadras de la comisaría 11ª. El caso es investigado por el fiscal de homicidios en turno.