Para algunos son números, cifras que sirven para desestabilizar, para jugar el siempre perverso ida y vuelta entre gobierno y oposición en cada uno de los lados del mostrador. Pero detrás del número, de la 19° muerte violenta del 2020 en Rosario hay dolor, familias y una realidad que tiene a la ciudad en la mirada del país.
En la noche del sábado otro crimen marcó a Rosario. Fue en Amenabar al 2700, el sur de la ciudad, donde Miguel Ángel Gómez, un hombre de 51 años conocido del barrio y que trabajaba como remisero falleció por al menos una herida de arma de fuego este sábado por la noche.
Según indicaron fuentes policiales, el crimen ocurrió en Amenabar entre Callao y Lagos y según los primeros datos la víctima era conocida como el Miguel el remisero y vivía en esa zona. En principio, la investigación apuntó a que habría sido abordado por sujetos que intentaron robarle el auto. Al resistirse, recibió un disparo en la frente que terminó con su vida. De todas formas, como llevaba consigo elementos de valor que no le fueron robados, no se descartan otras hipótesis.
Se trata del homicidio número 19 en lo que va del 2020, algunos en medio de un recrudecimiento de los enfrentamientos narcos vinculados a Los Monos tras el apartamiento de los principales jefes policiales de la provincia a partir de la asunción de Omar Perotti en la gobernación y de Marcelo Saín en la cartera de Seguridad provincial.