Un mecánico de 46 años que estuvo ligado durante dos décadas a Esteban Lindor Alvarado y luego testificó en su contra fue asesinado la tarde de este lunes de dos tiros en la cabeza. El homicidio fue perpetrado por dos hombres y una mujer que circulaban en un auto rojo, se hicieron pasar por clientes, le pidieron un presupuesto y luego abrieron fuego contra su persona. Poco después, cuatro sospechosos fueron detenidos.
Según fuentes del caso, el crimen ocurrió minutos antes de las 17 en el taller mecánico que tenía la víctima en Garay al 3500, entre San Nicolás y Cafferata, frente a su esposa e hijos. Carlos Héctor Argüelles era un testigo clave en la causa por asociación ilícita contra su ex jefe y ya había sufrido dos atentados a balazos, el último en enero de este año. Es la tercera persona del círculo íntimo de Alvarado asesinada en el último tiempo.
Voceros del caso informaron que Argüelles recibió dos disparos en la cabeza y otro en el glúteo derecho minutos antes de las 17 y fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde falleció dos horas después.
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Las mismas fuentes dijeron que el ataque fue perpetrado por dos hombres y una mujer que se movilizaban en un Volkswagen Fox rojo, desde donde efectuaron múltiples disparos contra la víctima y luego escaparon.
Horas después de cometido el crimen, la Policía informó la detención de cuatro sospechosos a quienes les secuestraron una molotov que -los investigadores presumen- pensaban utilizar para prender fuego el auto utilizado en el ataque.
Según fuentes del Ministerio de Seguridad provincial, Argüelles, quien ya había sido blanco de otros dos ataques a balazos, no quería custodia policial ni había aceptado ser reubicado en otra provincia, por lo que «no era un testigo protegido».
Amenazas concretadas
Argüelles ya había sido blanco de otros dos ataques a balazos. El último a fines de enero pasado cuando conducía una Ford EcoSport junto a su esposa y dos de sus hijos y, al pasar por Gaboto al 5500, en el barrio Triángulo, le dispararon desde otro auto que se le puso a la par, con el apoyo de una moto.
Por ese atentado, que ocurrió la tarde del 28 de enero, el mes pasado fueron imputados tres sospechosos que se sumaron a otros dos acusados en abril. Los primeros en caer fueron Gabriel González, a quien lo acusaron como gatillero, y a Jorge Inocencio Ojeda, un taxista acusado de marcarle a los tiratiros quién era Argüelles y dónde podían emboscarlo.
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El mes pasado se sumaron las acusaciones contra Jonatan Ribles, Andrés Bladimir “Colo” Navarro y Alejandro Isaías “Chucky Monedita” Núñez, este último acusado de haberlo instigado desde la cárcel.
Un ataque similar había sufrido a mediados de 2019 en el mismo lugar. Según denunció Argüelles en aquella oportunidad, el 1° de junio de ese año circulaba en la misma Ford EcoSport junto a su familia, también por Gaboto al 5500, cuando se le puso a la par otro auto color gris desde el que le dispararon varias veces.
Acusado y testigo
Según los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, quienes investigan a Esteban Lindor Alvarado como jefe de una organización ilícita con vínculos narcocriminales, Argüelles integró el círculo íntimo del célebre Chuchino, como se lo conoce, durante 20 años y tras quedar en la mira de la Justicia penal como testaferro de su jefe aceptó declarar en su contra; así consiguió una morigeración de prisión preventiva que le permitió continuar en libertad hasta la llegada del juicio oral, donde estaba previsto que declarara como un testigo clave. Precisamente, para este último sábado 4 estaba prevista que concluyera la audiencia preliminar de juicio por este caso aunque fue postergada por dos semanas.
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El nombre de Argüelles resonó en las crónicas policiales a mediados de 2019 cuando durante una audiencia en la que los fiscales detallaron la estructura comercial de las empresas legales de Alvarado y sus vínculos con las actividades ilícitas. Entre ellas mencionaron que Argüelles, desde su taller mecánico, “empochaba” los autos de la organización, es decir, les brindaba apariencia de legalidad cambiándoles la numeración. Una actividad ilegal por la cual Alvarado ya fue condenado en territorio bonaerense a seis años y medio de cárcel.
En ese sentido, el mecánico asesinado este lunes fue acusado de integrar el primer estamento de la estructura de negocios de Alvarado, compuesto por las personas que obtenían los medios materiales necesarios para cometer delitos y los ejecutaban. Este segmento también proveía de armas y vehículos a la organización, pagaba por trabajos ilícitos que otros realizaban para el grupo, hacía tareas de inteligencia e identificaba e intimidaba personas para lograr un beneficio ilegal.
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También le imputaron a Argüelles haber ayudado a desviar la investigación del homicidio del prestamista Lucio Maldonado, secuestrado de su casa de barrio Tablada, y de las balaceras al Centro de Justicia Penal y al edificio de Tribunales en Balcarce al 1600, ocurridas en diciembre del mismo año.
Según esa acusación, Argüelles y Leandro “Chulo” Olivera, otro testigo ligado a la banda de Los Monos, manipularon celulares que luego intentaron incorporar a la causa para desviarla. Un mes más tarde Argüelles obtuvo una morigeración de prisión y continuó ligado al proceso judicial en libertad.
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Con su muerte se convirtió en la tercera persona del círculo íntimo de Alvarado asesinada desde que comenzó la investigación por asociación ilícita.
En abril pasado, Nicolás “Fino” Ocampo, de 38 años, fue acribillado en su casa de zona oeste donde cumplía prisión condicional tras aceptar ser parte de la asociación ilícita. Trece meses antes, en marzo de 2020, fue asesinado Rodrigo Carlos Sánchez, de 44, señalado como “jefe de los tiratiros” de Alvarado. Lo mataron a tiros cuando detuvo la marcha de la camioneta Toyota Hilux en el semáforo de Wilde y San Lorenzo, desde la ventanilla de otro vehículo.
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