Dora Quiroga tenía 63 años. Fue asesinada este martes por la noche cuando quedó en medio de una balacera entre los ocupantes de un auto y dos motociclistas a los que perseguían. Este nuevo crimen, que se transformó en el cuarto en un año en esas cuadras de la Vía Honda, fue a las 21.20 en 24 de Septiembre y Manantiales. Los protagonistas de la persecución y tiroteo huyeron y no estaban en principio individualizados. La víctima era ajena a la disputa, indicó la información oficial.
Fuentes policiales y judiciales indicaron que cuando los policías llegaron al lugar alertados por los tiros encontraron a una persona tendida en el suelo sin signos vitales. La víctima fue identificada como Dora Ercilia Quiroga, de 63 años y con domicilio en barrio Avellaneda Oeste. Tenía una herida de arma de fuego en la espalda, a la altura del omóplato, agregaron los voceros.
El relato de vecinos mencionó entre tres y cuatro hombres que desde un Clío “oscuro” dispararon contra dos personas que circulaban en una moto. La dupla estaba, estima el parte oficial, fugándose de sus agresores y con esa intención irrumpieron en el pasillo. Dora Quiroga cruzaba justo en ese momento por el estrecho sendero y fue alcanzada por una bala, causándole una herida que resultó mortal.
El fiscal de Homicidios Dolosos, Miguel Moreno, se hizo cargo de la investigación. El Gabinete Criminalístico de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) secuestró una vaina servida calibre 9 milímetros a unos metros del cuerpo de Dora. Hay indicios sobre las características de los vehículos involucrados, tanto la moto como el auto, que se mantienen en reserva, dijeron desde Fiscalía.
En los primeros minutos de este miércoles, vecinos de la cuadra de pasaje Asunción y Barra de la zona oeste llamaron al 911 ya que un automóvil se estaba quemando, en jurisdicción de la comisaría 32ª. Cuando los uniformados llegaron se trataba de un Renault Clio color negro. Por ello, los pesquisas indicaron que, al cierre de esta edición, trabajaban para determinar si el vehículo había sido utilizado para cometer el asesinato de Dora.
La calles de la muerte en la Vía Honda
El conductor de un Chevrolet Corsa gris frenó en la cuadra de calle 1801 casi esquina Manantiales. Eran poco más de las 20 del viernes 1° de marzo pasado y una adolescente se acercó. La escena no era inusual para los vecinos, la calle 1801 y sus paralelas: 24 de septiembre y Biedma, todas a la altura del 4100, reflejaban la misma situación por la venta de drogas al menudeo. La chica no llegó a decir nada. Se escuchó la ráfaga y la adolescente se desplomó. Del auto bajaron dos hombres y uno la remató.
Había familias sentadas en las veredas que no tuvieron tiempo a reaccionar: los dos tiradores volvieron a tirar un instante después. Esta vez mataron a un ciclista y dejaron a ocho heridos, entre ellos una pequeña de tan sólo 5 años con un disparo en el cráneo, quien luego logró recuperarse. Al día siguiente, la cuadra de 1801 al 4100 estaba cortada por un cartel: “No se vende más droga”.
Ese día, las víctimas fatales fueron identificadas como Emilse “Pipi” Sosa, de 16 años y madre de un bebé, y Miguel Ángel Quintana, de 50, quien había llegado al lugar en bicicleta. Entre los heridos figuraron tres nenas que al momento de la balacera andaban en patines: a Milena, de 5 años, un proyectil se le incrustó en la cabeza, mientras que las otras dos, de 8 y 9 años, recibieron los impactos en pierna y glúteo, respectivamente. Además, Gonzalo, de 31 y padre de Milena, y Graciela, de 52, la abuela, también fueron heridos en las piernas. El listado de baleados lo completaron Luis L., de 37, a quien las balas lo alcanzaron en la pierna derecha y en la zona genital. Y dos personas que estuvieron en estado reservado: Analía V., de 40 años, quien sufrió una herida en el pecho, al igual que Cristian G., de 41, con un balazo en el tórax.
“Acá venden faso, merca, pastillas, lo que busqués. En la cuadra de Valparaíso entre 24 de Septiembre y Biedma tenés como cuatro puestos que venden drogas. Es peor que la peatonal Córdoba. Un tipo que maneja una ambulancia cae dos o tres veces a comprar droga. Pero cuando es de urgencia la ambulancia no entra porque esto supuestamente es zona roja. ¿Cómo es esto?”, se preguntó un vecino al día siguiente del brutal ataque. El fiscal de este caso es Ademar Bianchini.
Pasó casi un mes y los vecinos todavía no habían salido de la conmoción cuando volvieron a sonar las balas en una de esas cuadras. Esta vez fue en 24 de Septiembre al 4100 casi esquina Manantiales. Fue el martes 23 de abril por la noche cuando Jeremías B., de 20 años; Elio L., de 21 y Brian S., de 22 estaban por 24 de Septiembre y los ocupantes de un Renault 9 les dispararon. Los tres fueron alcanzados por los plomos en la zona abdominal y quedaron internados en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
La investigación quedó en manos del fiscal de Flagrancia en turno Fernando Sosa. En ese momento, los pesquisas no relacionaron los ataques pero, cuando se desató la tercera muerte violenta, no hubo dudas.
Fue la noche del domingo 15 de septiembre en el mismo pasillo de 24 de Septiembre y Manantiales y casi en la entrada de un puesto de venta de drogas. La víctima fue Juan Manuel “Chan” Arias, un muchacho de 27 años que tenía la función de satélite –es decir de dar aviso sobre operativos policiales, de gendarmes o del paso de alguna facción contraria– a los encargados de regentear el búnker. Los vecinos definieron a Chan como un pibe bueno que se había vuelto “un esclavo de la droga”, a pesar de los esfuerzos de su pareja.
Ese domingo, pasaron dos en moto y tiraron. Seis de esos balazos impactaron en la espalda de Chan, quien murió en el lugar tras una demora de media hora de la ambulancia. El fiscal Adrián Spelta quedó a cargo de la investigación y señaló como móvil del crimen, lo mismo que en las otras ocasiones, la disputa por el control del territorio para la venta de drogas al menudeo. Lo mismo que pasó este martes por la noche y que se cobró la vida de Dora.