No hay feriado, ni corto ni largo, para la violencia en Rosario. El hecho más reciente fue en la noche de este lunes y la víctima era un hombre de 36 años al que mataron de varios disparos en el interior de su casa de Isola al 600 bis, en el complejo Fonavi del Parque del Mercado.
Fuentes policiales identificaron a la víctima como Sergio Gustavo Suárez. Lo conocían como Pitu y tenía 36 años. Estaba junto a otras dos personas en su casa, quienes dieron el aviso a la Policía. Alrededor de las 21.40, dijeron los testigos, irrumpió un hombre mientras jugaban videojuegos y le disparó a la víctima varias veces.
Una mujer de 68 años, que dijo ser la madre de Sergio y vive en un departamento de planta baja, también ofreció su relato. Describió al agresor como «un chico morocho, morrudo», según apuntaron investigadores del caso. La mujer agregó que el atacante ingresó al departamento con un arma en la mano detrás de su hijo, quien había dejado la puerta abierta. Le apuntó directo a él y gatilló varias veces, completó la descripción. Los médicos que revisaron en el lugar a la víctima y le diagnosticaron la muerte detectaron seis heridas de arma de fuego en el pecho, cuello y cara.
El personal del Gabinete Científico que se hizo presente en el lugar recogió ocho vainas servidas calibre 9mm y cuatro proyectiles deformados.
El fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Gastón Ávila se hizo cargo del caso. Como es de rigor, ordenó la intervención de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) para relevamiento de pruebas. En la zona, dijeron fuentes policiales, no encontraron cámara de videovigilancia.
Zona de disputas
Los monoblocks del Parque del Mercado, escenario del último crimen, y los del barrio Municipal están atravesados por la violencia asentada en disputas territoriales entre bandas dedicadas al comercio minorista de estupefacientes que, lejos de decantar, ganan en episodios e irracionalidad. Ya van casi 20 años que uno de los sonidos característicos de la zona es el de las detonaciones de armas de fuego.
La violencia en ese amplio espacio de la zona sur tiene como firma algunos nombres propios y enemistades históricas pero cambiantes. Roberto Pimpi Caminos, ex líder de la barrabrava leprosa acribillado en marzo de 2010 en un bar, contra Lelio Chapita Ungaro. El hermano de este último, René “El Brujo” Ungaro, y la banda de Los Funes contra Alexis Caminos (hijo de Pimpi) y Ariel «Tuby» Segovia. Dos ejemplos de las peleas que sembraron sangre en la zona. Y que siguen.
El hermano de la víctima fatal de este lunes también fue atacado hace poco, pero tuvo mejor suerte. Lo conocen como Ema. Junto a tres personas, lo balearon el 11 de septiembre último: un tiro le dio en la rodilla izquierda y le provocó una fractura expuesta en Maestros Santafesinos al 4700. La peor parte de ese hecho, que al decir de vecinos fue otro capítulo de una saga de broncas entre “transeros”, se la llevó Matías “Mambrú” Báez, quien no sobrevivió a los disparos. Dos semanas después, se produjo otra andanada de fuego que dejó malherido a un conocido de los prontuarios delictivos al que llaman “Kambá”, apuntado por algunos testigos como autor de las detonaciones que acabaron con la vida de Mambrú. Le dieron en el tórax, el abdomen, la región lumbar y ambos brazos cuando estaba en Gutiérrez y Juan Carlos Sánchez. Los rumores colocan al segundo ataque como un “vuelto” del anterior. Y al de este lunes, como el tercer ida y vuelta de esa parte de una trama compleja, cruzada y sin fin.