Marcelo «Coto» Medrano, de 44 años, circulaba en la noche de este jueves en auto junto a su pareja y su hijo en la ciudad de Granadero Baigorria, a metros del Hospital Eva Perón, cuando al menos dos personas lo abordaron al bajar del vehículo en la estación de servicios que está en Eva Perón y ruta 11. Le dispararon y antes de que pudiera llegar al rodado, lo remataron. El hombre, apuntado como barrabrava de Newell’s, y con causas judiciales por violencia y narcotráfico, falleció en el momento.
El crimen fue pocos minutos después de las 23 en Eva Perón entre avenida San Martín –ruta 11– y Pueyrredón, cerca de la guardia del hospital de Baigorria. Los empleados de la estación de servicios YPF fueron los que dieron aviso del hecho de sangre tras escuchar las detonaciones.
La Policía levantó del piso una decena de vainas servidas calibre 9 milímetros. La información preliminar de Fiscalía indica que al menos dos personas interceptaron a Medrano en la YPF y le dispararon. En ese momento, lo hirieron en el abdomen, pero el hombre pudo reaccionar y buscó escapar en dirección al vehículo donde estaba su familia. No llegó: antes de llegar al rodado, volvieron a tirotearlo y esta vez con resultado fatal.
El fiscal de Homicidios Dolosos Ademar Bianchini se hizo cargo del caso y ordenó las medidas de rigor al Gabinete Criminalístico y la Agencia de Investigación Criminal.
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Primeras informaciones apuntan a que la pareja de Medrano, que no fue alcanzada por las balas pero quedó en estado de shock, alcanzó a identificar a uno de los agresores y dio su nombre a la Policía. También están los datos del automóvil en el que llegaron y huyeron los atacantes.
Coto Medrano había inscrito su apellido en numerosas anotacione penales por narcotráfico y hechos de violencia. En particular, ocurridos en la zona norte de Rosario y en la ciudad vecina donde lo acribillaron. había sido condenado en 2010 a seis años de prisión.
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También en octubre de 2018, a dos años de prisión efectiva mediante un juicio abreviado y por abuso de arma de fuego, portación y tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil, encubrimiento y amenazas coactivas. Esa última pena la cumplió en parte y había sido liberado.
El nombre de Medrano volvió a sonar en los últimos meses cuando Agustina Thomson, una joven ya conocida en las crónicas policiales, fue asesinada en la casa donde Medrano vivió casi toda su vida, en Maestro Massa al 400, en el marco de una disputa entre bandos por el narcomenudeo.
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