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Asesinato al volante en la costanera rosarina: conmovedora marcha para exigir justicia por Tania y Agustina

Organizaciones de familiares víctimas de siniestros viales, junto a manifestantes, pintaron sobre el asfalto de Wheelwright y Roca dos estrellas

Pasadas las 19.45 frente a una cantidad significativa de manifestantes, organizaciones de familiares víctimas de siniestros viales, comenzaron a pintar dos estrellas amarillas que representan a Tania Gandolfi de 41 años y su hija Agustina de 16, víctimas de la tragedia en la costanera.

Las mujeres murieron tras ser atropelladas por el conductor de un Peugeot 206, Agustín López Gagliasso. La concentración repitió hasta el cansancio un pedido unánime de Justicia para las dos víctimas del crimen vial.

Organizaciones víctimas de siniestros viales, entidades civiles junto a muchos ciudadanos participan este lunes en la intersección de Wheelwright y Presidente Roca en el pedido de justicia para Tania Gandolfi y Agustina García, madre e hija que resultaron muertas tras la brutal embestida que Agustín López Gagliasso produjo al mando de un Peugeot 206 en la noche del martes pasado.

La concentración provocó el corte de tránsito para que los manifestantes pudiesen expresar su pedido de Justicia a viva voz, en medio de la bronca y la indignación por lo sucedido.

El vehículo circulaba a más de 120 kilómetros por hora por la costa central terminó incrustado contra el semáforo de esta esquina justo cuando la familia García cruzaba la calle para ir a cenar. Eran oriundos de Córdoba capital y habían venido a Rosario a descansar por unos días.

En fracciones de segundos todo derivó en tragedia. Tania, de 41 años y Agustina fueron impactadas de lleno por el bólido a altísima velocidad, mientras que Diego García, padre de las dos niñas alcanzó a lanzar a Victoria de 6 años para evitarle más lesiones. La pequeña recibió el alta este martes.

Este lunes, la jornada de marchas y reclamos comenzó más temprano en las puertas del Patio Olmos, en el corazón de la capital mediterránea. Allí, este lunes, Abril Benítez, ahijada de Tania y prima de Agustina, expresó: “Queremos pedir justicia, y justamente que esto nos sirva como algo para que no vuelva a pasar. Lo que pasó fue sumamente horrible. Nos dio mucha bronca porque dijimos, tranquilamente esto se puede haber evitado, se pudo haber evitado si él no manejaba. Es decir, inconsciente él, inconsciente los padres, inconsciente los amigos, que nadie lo frenó”.

Durante el día se fueron sumando voces de repudio que además se plegaron al pedido unánime de Justicia. Así lo hizo, Cintia Díaz. En marzo de 2021, David su marido y su hijo Valentino de 8 años iban con ella en el auto. En una fracción de segundo todo cambió para siempre cuando en avenida del Rosario y Ayacucho, un Citröen C4 al mando de Pablo Mancini los embistió a 134 kilómetros por hora. El conductor corría una picada con un Sandero piloteado por un amigo.

Cintia había participado el viernes pasado en la audiencia imputativa que tuvo lugar en el Centro de Justicia Penal donde se dictó prisión preventiva a Agustín López Gagliasso bajo la calificación de doble homicidio con dolo eventual.

«Ponerse triste es inevitable. Es un desastre que esto haya vuelto a pasar, pero lamentablemente vamos a tener que seguir acompañando estas familias y lo peor es que van a venir muchas más porque como estamos como sociedad, la gente no toma conciencia. Insisto, lamentablemente va a seguir pasando. Es así», dijo con firmeza.

También se hicieron eco, referentes de la Ong Compromiso Vial, que además de haber participado en la audiencia imputativa, publicaron una carta abierta minutos antes del acto en la costa central rosarina.

Bajo el título: “Mirá a mí cómo me quedó el auto!” (dicho atribuido a López Gagliasso cuando Diego García, el padre y marido de las víctimas se lo recriminó por lo hecho del martes pasado) la organización de familiares de víctimas sumó una voz más pidiendo Justicia.

«La foto más triste y cruel de todas las fotos tristes y crueles quedó para siempre en la esquina de ese parque. Una más que se agrega a la pandemia vial que se padece en este país desde hace años. El arrebato absurdo de la vida hace que sea imposible no conmovernos. Y eso debe interpelarnos. Si bien el dolor aparece de manera profunda e inagotable, nos demanda no quedar paralizados», expresaron para agregar: «No fue locura. Habrá quienes ahora intenten refugiarse bajo un sospechoso manto de víctima, o con un solidario mensaje de acompañar el dolor ante estas pérdidas irreparables y hasta soportaremos perversos discursos que pretendan justificar su conducta violenta como una mera acción de descuido o imprudencia, pero en donde matar no era el fin último de su salida divertida por las noches rosarinas arriba de ese Peugeot 206″.