“Es como la primera vez que ponés a andar el lavarropas electrónico. Lo instalás, funciona y después lo tomás como un electrodoméstico más y te olvidás”, cuenta Dardo Allarague a El Ciudadano. Habla del calefón solar que abastece de agua caliente a su casa. Reflexiona además sobre el desconocimiento que existe acerca del acceso a esta forma de ahorro –no necesita que se le inyecte gas a diario– y cuidado del medio ambiente porque no produce emisiones que aumenten el efecto invernadero. Añade que la falta de información frena el pasaje a formas sustentables de abastecimiento energético con las ventajas que conllevan: mismas prestaciones, menos costo y beneficio ecológico.
Allarague no sólo es usuario; también está del otro lado del mostrador. Maneja la única empresa santafesina certificada por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) que produce y vende el artefacto. “Hecho en Rosario” resalta en el sticker con la bandera argentina pegada en los calefones que produce su fábrica en el barrio al que se conoce como Café con Leche. La empresa Montajes Rosario está adherida al programa provincial de créditos Un Sol para tu Techo, para la adquisición de equipos con financiamiento del Nuevo Banco de Santa Fe. En sólo dos meses su carpeta de cotizaciones para particulares y trabajos para el Estado ha crecido, en parte por el empuje del programa de la Subsecretaría de Energías Renovables. Más de un centenar de personas recurrieron al crédito y otros tantos ingresaron al programa y se hicieron del aparato pagando al contado.
Entre los objetivos del segundo año del programa oficial santafesino está continuar la difusión a particulares, incorporar artefactos en dependencias gubernamentales y capacitar de forma gratuita a gasistas y plomeros que se convertirán en instaladores.
“Mucha gente compra el calefón porque quiere abaratar costos, otros porque quieren cuidar el planeta y otros porque no pueden acceder al gas (de red o envasado)”, señala Allarague.
Números
Una familia de cuatro o cinco personas necesita una reserva de 200 litros de agua caliente que se almacenan en un contenedor metálico en el techo de la vivienda. El tanque es abastecido por un colector (o captador), que consiste en un panel de dos metros cuadrados con ondulaciones que recibe los rayos del sol. El aparato cuesta unos 10 mil pesos, a lo que hay que sumar el costo de la instalación, contra los alrededor de 4 mil pesos que cuesta uno a gas en cualquier negocio. La diferencia es que el servicio de gas se paga y el sol es gratis.
En cuanto al beneficio ecológico, cada calefón solar de este tipo significa mucho menos gas efecto invernadero emitidos por casa. Por ahorro económico o cuidado ambiental, la ecuación favorece al usuario del aparato solar, que a diferencia de otros sistemas, como mínima inversión, requiere mantenimiento cada cinco años cuando se le debe cambiar la placa de policarbonato que cierra el artefacto dejando pasar la radiación solar que calienta el agua.
Por otra parte todos los calefones solares deben trabajar en paralelo con un sistema de apoyo, en general eléctrico o a gas, para asegurar que el agua llegue a la temperatura requerida. Es que sólo las provincias del norte argentino tienen un clima que asegura más de trescientos días de sol al año.
“Con todas estas bondades te preguntás: ¿Por qué no está repleto de estos aparatos en los techos? La gente no sabe”, cuenta Allarague, técnico en electrónica, y admite que Santa Fe ha sido la única provincia del país en darle grado ministerial a Energías Sustentables.
Rosario tiene la ordenanza 8784 del año 2012 que prevé “la incorporación obligatoria de sistemas de captación de energía solar de baja temperatura para la producción de agua caliente sanitaria en todos los edificios públicos e instalaciones públicas situadas en la ciudad” y algunas dependencias se apegan a la normativa. Sin embargo, según narra Allarague, muchas licitaciones públicas no incluyen esta obligación.
En el plano regional, la semana pasada el gobierno santafesino inauguró en Gálvez un barrio de 46 viviendas construidas con calefones solares.
De la China a Rosario
Allarague comenzó a interesarse por las energías renovables en 2003. Cursaba en la Universidad Tecnológico Nacional (UTN) y conoció a Jorge Follari, un ingeniero y referente de las investigaciones de este campo. Juntos, a la par que hacían montajes electromecánicos (automatización de detectores de incendio, entre otros trabajos), fueron instalando calefones solares importados de Asia. Pero con el tiempo repararon en que las falencias de ese prototipo –desprotección de parte del sistema frente a granizo o pedradas, entre otras– debían superarse. Así idearon un prototipo basado en planchas con ondulaciones para potenciar la colecta calórica. Como no había chapa con el pliegue requerido tuvieron que crear la máquina que las hiciera. Todo hecho en Rosario.
Por más de un año Allarague y Follari mudaron los aparatos de prueba al Inti en Buenos Aires. Ajustes y análisis de rendimiento en situaciones críticas mediante, el prototipo recibió la certificación buscada. Esto significa que el aparato tiene una durabilidad garantizada de 35 años y posee entre 70 y 80 por ciento de eficiencia como productor de agua caliente de uso sanitario.
Opciones de pago
El programa Un Sol para tu Techo ofrece dos opciones: una de préstamos personales a baja tasa de hasta sesenta cuotas mensuales y otra de pago con tarjeta de crédito hasta en dieciocho cuotas sin interés. Ambas posibilidades están destinadas a facilitar que las personas puedan adquirir el calefón solar sin un desembolso inicial demasiado oneroso. Fue lanzado en 2013 pero recién el año pasado tuvo aplicación cuando el Nuevo Banco de Santa Fe, entidad que realiza la operación con el asesoramiento de la Subsecretaría de Energías Renovables, otorgó unos cien créditos. Según la provincia, una ventaja es que el cliente elige el proveedor, le avisa al banco y es la entidad financiera la que se encarga del resto. “También ha ocurrido que muchos postulantes, tras conocer las ventajas de esta tecnología, deciden adquirirla por su cuenta, sin apelar al programa”, señalaron desde el gobierno.
Una política de Estado que es necesario multiplicar
“Es una política de Estado. Necesitamos multiplicar estas experiencias. No nos sirve ser los únicos en el país. Generalizar el uso permite más créditos, mayor accesibilidad y bajar los costos por el aumento de la competitividad. Desde lo público el compromiso de este gobierno se tradujo en sus dependencias: cada ministerio ha suscripto a una norma que pregona la utilización de energías renovables (separación en origen, energías alternativas, etc.)”, señala a El Ciudadano Damián Bleger, subsecretario de Energías Renovables de la provincia.
De cara al segundo año del programa, la misión es difundir en la sociedad, concientizar al sector público y capacitar instaladores. Este año se lanzaron capacitaciones gratuitas para gasistas y plomeros en los distintos nodos regionales. Son dos fines de semana de curso teórico práctico que termina con la instalación de uno de estos calefactores.
La certificación que otorga la capacitación lleva también a que el instalador ingrese en la lista de la página web provincial, disponible para los usuarios que van ingresando al programa y desean dar con el profesional más cercano a su domicilio. En el nodo Santa Fe ya están capacitados cuarenta profesionales con certificado habilitante. Este fin de semana le tocó a Venado Tuerto y esta semana, como parte de la capacitación, se inaugurará un calefón solar matero en el Centro Observadores del Espacio (Code) de la ciudad de Santa Fe.